Dos policías del área de Cibercrimen de la Policía de la Ciudad hablan de un informe paralelo entregado a sus superiores, diferente al que se presentó en la Justicia. “Para mí va a ser un arma de doble filo”, dice uno de los interlocutores. La familia del policía desaparecido, Arshak Karhanyan, convocó a una marcha en Tribunales para este jueves
El 24 de febrero del 2019, Arshak Karhanyan se levantó tarde y prendió su computadora. Era domingo y tenía franco de servicio hasta el miércoles. Miró videos en Youtube y una serie. A las 12:46, le tocó el timbre Leonel Herba, un policía con el que había trabajado en el área de Investigaciones de la Policía de la Ciudad. Decidió atenderlo en la puerta del edificio. Las cámaras de seguridad confirmaron que la conversación fue tensa pero volvió a ingresar solo al edificio. Otra vez navegó en internet y hasta buscó un juego. Una hora después fue hasta un cajero automático y compró una pala en una sucursal de Easy. Luego se lo tragó la tierra.
Dos años y medio después, la investigación judicial no tiene pistas concretas. No hay cámaras de seguridad ni testigos de su desaparición, en pleno barrio de Caballito. El celular de Arshak era un elemento clave para la causa pero su contenido fue borrado durante las pericias de manera inexplicable. Las miradas apuntan desde ese momento al área de Cibercrimen de la Policía de la Ciudad, donde Arshak había trabajado.
Una junta de peritos, integrada por expertos de distintas fuerzas, encendió las primeras alarmas sobre esa pericia. “No se han respetado las buenas prácticas de la informática forense”, dice ese informe técnico sobre el teléfono celular modelo iPhone del policía. Y agrega: “Más allá que las explicaciones puedan ser convincentes, hubiera sido correcto realizar una extracción forense del dispositivo móvil con el WhatsApp restablecido, almacenando en algún medio el resultado para su posterior consulta”.
¿Qué pasó durante la pericia? “Le colocaron el chip de otro teléfono, como se suele hacer, para intentar recuperar el back up de WhatsApp y lo borraron”, explicó un experto a Infobae.
Las sospechas de la familia y de sus abogados se confirmaron con una escucha judicial que consta en el expediente y a la que tuvo acceso Infobae. La comunicación es del 3 de septiembre de 2019, casi siete meses después de la desaparición. El subcomisario Miguel Angel Flores, que tenía el teléfono intervenido, habla con Maximiliano Mendez, ambos del área de Cibercrimen.
La conversación arranca con una referencia directa a un informe que debía entregarse en la Fiscalía. En ese documento, Cibercrimen tenía que detallar qué teléfono había sido utilizado durante la pericia para insertar el chip de la línea de Arshak. “En la comunicación se exponen las dudas entre el personal, quedando claro que no se tuvieron precisiones sobre quién ejecutó la pericia telefónica, ni quién habría manipulado el celular secuestrado”, dijo la defensa al momento de pedir el cambio de carátula de la causa.
“Tenemos el temita este de que no sabemos… los dos números de SIM no pertenecen a nadie de acá. Pero le queríamos mandar un teléfono para decirle bueno los teléfonos no son de acá pero por lo menos te mandamos con el que si entramos… entendes? Pero Ishi no estaba seguro y ahora descarto totalmente, se acuerda que no fue el de él”, dice Flores con preocupación. Y luego agrega: “La única forma de darse cuenta es que en marzo … en marzo fue la pericia? Si. Te tiene que haber llegado al teléfono que se uso el SMS con el código de validación”.
El celular utilizado en la pericia finalmente apareció. La versión oficial asegura que pertenecía a otro policía de Cibercrimen, quien se lo había vendido a un tercero. “Lo curioso, llamativo e increíble de este hecho es que el comprador del mismo es otro perito policial, integrante de la Sección Inteligencia Informática y que fue, casualmente, el responsable de peritar los teléfonos del Oficial Herba”, denunciaron los abogados de la familia de Arshak.
En el segundo tramo de la escucha, los policías siguen hablando del teléfono utilizado en la pericia y mencionan un acta de secuestro. “Mostrásela a Cartier, que me parece que… no me parece no, la firma él, por ser el más antiguo… porque el Director no la quiere firmar”, asegura Flores, en alusión al comisionado mayor Julio Victor Martinez Cartier.
En el final de la conversación aparece el tramo más sugestivo. El subcomisario Flores habla de un informe interno donde constarán “las cosas que hicieron aparte” y “que no figuran en el informe” enviado a la Justicia. Ante este pedido, ambos reaccionan con temor ante las posibles repercusiones.
– Flores: Eso es para mañana, yo llevo esto… por el secuestro de un teléfono que todavía no está. Vos mañana terminas eso lo de Arshak con los polis que estuvieron con fecha de hoy, que estaría faltando eso solo. Y nada más eso solo. Después acá Cartier le pidió acá un informecito, de las cosas que hicieron… aparte… que no figuran en el informe, que es para el director, yo no se que tan bueno es eso.
– Mendez: No, y eso… no se… porque sino… (no se entiende) constancia… vamos a estar ventilando cosas…
– Flores: Claro, para mi va a ser un arma de doble filo. Claro
– Mendez: Bueno mañana… vemos que onda eso
– Flores: Dale, después hablamos
– Mendez: Chau chau
Para los abogados de la familia de Arshak, ese tramo de la escucha confirma las irregularidades que hubo en la pericia y el ocultamiento de información. “Hicieron dos informes, uno para la causa (escondiendo información) y otro con toda la información real, que resultaba inconveniente, para la propia Policía. No es posible agregar mucho más que ya no fuera dicho en el apartado respecto del teléfono. Las autoridades de Cibercrimen estaban al tanto de las irregularidades cometidas y ocultaron la información en un informe elevado a la superioridad”, sostuvo la defensa.
La investigación judicial por la desaparición del policía estuvo a cargo del fiscal Santiago Vismara, pero en marzo de este año fue retomada por el juez Alberto Baños.
Con todas las pruebas disponibles, y luego de haber escuchado más de 2000 horas de audios, los abogados de la familia de Arshak pidieron que el caso sea recaratulado como desaparición forzada y de esa manera pase al fuero federal. Baños se negó y su decisión fue confirmada por la Cámara del Crimen. Pero la Secretaría de Derechos Humanos y la Fiscalía apelaron ante la Cámara de Casación, que ahora tiene la última palabra.
Para este jueves, la familia convocó a una marcha frente a los Tribunales de la calle Talcahuano, donde funcionan los juzgados de instrucción.
En medio de las presiones, el caso se filtró en la campaña política: hace una semana, la madre de Arshak, Vardush Datyvian, fue recibida por el presidente Alberto Fernández y luego el Gobierno nacional decidió aumentar la recompensa por información sobre el caso a 5 millones de pesos. En esa reunión también estuvieron los ministros Martín Soria (Justicia) y Sabina Frederic (Seguridad), y los legisladores Leandro Santoro y Victoria Montenegro.
Quién es Arshak y cómo fue su desaparición
Arshak estudió en el Liceo Militar y luego siguió la carrera de ingeniería en sistemas en la UTN. En marzo de 2015, arrancó en el área de Cibercrimen. Era un técnico raso pero le tocó participar de las pericias por la muerte del fiscal Alberto Nisman. “Tuvo que mirar unas filmaciones y revisar unos CDs, todas cosas menores”, ratificó una fuente de la familia ante tantas especulaciones.
En la Policía de la Ciudad confirman que su participación en ese caso fue irrelevante. “Se fue porque no se ajustaba al riesgo de trabajo”, respondió una fuente policial sobre su salida del área de Cibercrimen.
El 24 de febrero de 2016, justo tres años antes de su desaparición, Arshak saltó al área de Investigaciones Delictivas, que ahora se conoce como “Exposiciones”. “Estaba contento en ese lugar porque tenía un horario flexible y eso le daba libertad para seguir estudiando”, contó un amigo.
Pero un mes antes de su desaparición, fue trasladado de manera repentina a la comisaría 7B, una decisión que cambió su destino.
La investigación judicial pudo determinar que el día de la desaparición, el 24 de febrero de 2019, tuvo un encuentro en la puerta de su edificio, en avenida Directorio 963, con Leonel Herba. El testimonio de ese policía siempre dejó muchas dudas. Dijo que lo pasó a saludar porque estaba yendo “a comprar unos repuestos a la avenida Warnes”, aunque se trataba de un domingo. También declaró que la charla se centró en la supuesta compra de un auto.
Según las imágenes de una cámara de seguridad, publicadas por Infobae hace un año, durante la conversación Herba le hizo escuchar un audio desde su celular. Ante la Justicia, el policía aseguró que escucharon una conversación entre ambos que él mismo había grabado con su teléfono.
Hay más sorpresas. Herba borró el contenido de su teléfono luego del hecho. Ante la Justicia, dijo que lo hizo porque su novia “era muy celosa”. Sin embargo, en su celular se encontró un audio muy comprometedor. Es una discusión con la mamá de su hijo, Jazmín Soto, que él mismo grabó. “A mí la justicia no me tiene del forro del culo, yo no estoy a punto de perder el trabajo, yo no le cagué la vida a nadie como vos hiciste y no le cago la vida a nadie (…) Hasta te cubrí con la fiscalía y omití un montón de cosas que sabía para no seguir ensuciándote ni embarrándote”, dice la mujer en ese audio. revelado por el diario Página 12.
Pese al contenido escandaloso del audio, donde admite haber mentido para favorecer a Herba, la mujer declaró que estaba desequilibrada y no tuvo consecuencias. Fin de la historia.
Herba también fue investigado por Asuntos Internos pero sigue en la Policía. “Había comprado una moto muy cara y estaba por comprar un auto importado”, dijo una fuente que conoce los detalles del expediente interno.
La última imagen con vida de Arshak fue en el Easy ubicado en Rivadavia y Paysandú. Llamativamente compró una pala y pagó en efectivo. Salió caminado en dirección a Primera Junta. Luego de hacer unos pasos, se dio vuelta y empezó a caminar hacia Flores.