El proyecto enviado al Congreso contempla una reducción del 6,2%. En el Ministerio de Educación aseguran que lo corregirán
El proyecto de Presupuesto para 2022 prevé una reducción en la inversión educativa. En total, el texto enviado al Congreso contempla que el gobierno nacional gastará 522.490 millones de pesos en educación, lo que implica una baja del 6,2% respecto a 2021.
Los datos surgen de un nuevo informe del Observatorio Argentinos por la Educación, con autoría de Javier Curcio (FCE/UBA, IIEP BAIRES – UBA CONICET), Gabriela Catri, Martín Nistal y Víctor Volman. Considerando la proyección de inflación oficial, el proyecto estipula 34 mil millones de pesos menos de inversión educativa.
La mayor parte del gasto en educación corresponde a las provincias, pero el gobierno nacional cumple una función clave, primero, financiando las universidades nacionales y, segundo, incentivando programas como de conectividad, becas o infraestructura.
Ante la consulta de Infobae, en el Ministerio de Educación nacional aseguraron que la intención es revisar el presupuesto para que al menos iguale a lo que se invirtió en 2021. “Estamos trabajando en corregir los errores del presupuesto para aumentar la inversión en educación respecto de lo que se invirtió este año”, remarcaron.
Las diferencias surgen debido al cambio de gestión frente a la cartera educativa. El proyecto de ley se gestó cuando Nicolás Trotta estaba al mando del Palacio Sarmiento. Su sucesor, Jaime Perczyk, se comprometió con los rectores universitarios a mejorar los números de cara a 2022 y en su entorno señalan que mantiene conversaciones con el titular de Economía, Martín Guzmán, para lograrlo.
Un mes atrás, las universidades grandes -con la UBA a la cabeza- alzaron la voz contra el presupuesto. Además de la baja en la inversión, consideran que hay una distribución injusta del presupuesto entre las casas de estudios en favor de las más pequeñas y un exceso en los fondos discrecionales con los que cuenta el Ministerio de Educación.
Más de la mitad del presupuesto educativo de Nación corresponde a las universidades. Y la baja interanual se explica, en parte, por la caída en el nivel superior. Dentro del proyecto de ley, tres de cada cinco pesos se destinarán a dos programas: Desarrollo de la Educación Superior (56,1% del total) y Fondo Nacional de Incentivo Docente (10,3%). Según el análisis del informe, ambos programas tienen en 2022 un peso relativo menor que en años anteriores. El primero representó 74,9% del gasto del Ministerio en 2020 y 56,0% en 2021. El segundo era de 14,3% en 2020 y de 9,3% en 2021.
En los últimos años, la inversión educativa de parte del Estado nacional registró vaivenes. Su pico estuvo en 2015, cuando por primera vez se cumplió con la Ley de Educación Nacional, que contempla un 6% del PBI. En la primera etapa de la gestión de Mauricio Macri se mantuvo cierta estabilidad hasta que entre 2019 y 2020 se tocaron valores mínimos para la década. En los últimos dos años -2020 y 2021- se observa una intención de recuperar el financiamiento.
Javier Curcio, coautor del estudio, destacó la importancia del peso relativo que la educación ocupa entre las políticas del gobierno nacional. En ese línea, señaló “Su rol es central para propiciar el cumplimiento de las pautas de financiamiento establecidas por la Ley de Educación Nacional y favorecer un rol activo de coordinación y gobierno del sistema que reduzca las desigualdades territoriales. También favorece el cumplimiento efectivo del derecho a una educación inclusiva y de calidad para todos”
Al margen de la inversión universitaria y el FONID, el proyecto de presupuesto 2022 le da prioridad a Juana Manso-Conectar Igualdad (11,5%), el programa de entrega de netbooks a estudiantes que se reanudó este año. Luego a la asignación de becas educativas (6,2%) y, por último, al fortalecimiento de jardines de infantes (5,2%), una cuenta pendiente histórica del sistema educativo.
A su vez, el programa de Información y Evaluación de la Calidad Educativa tiene, entre otras líneas de trabajo, el fortalecimiento del Sistema Integral de Información Digital Educativa y la implementación de evaluaciones; claves para medir el impacto del cierre de escuelas durante la pandemia. Ese ítem representa el 0,18% del Presupuesto 2022 para la cartera educativa. En años previos varió entre 0,32% y 0,03%
Al respecto, Juan Llach, ex ministro de Educación, consideró: “No es la primera vez que ocurre una rebaja del presupuesto educativo, tanto el nacional como el consolidado de los tres niveles de gobierno: muy mala costumbre. Si la educación interesara de veras, el gasto nacional tendría que haber aumentado para fortalecer la conectividad, la distribución de dispositivos y la producción de material pedagógico para difundirlo en el portal educ.ar. Las carencias tecnológicas apuntadas perjudican sobre todo a los más pobres. Es realmente difícil de entender que, justo este año, se haya decidido reducir el gasto del Ministerio de Educación, en vez de fortalecer el Plan Federal Juana Manso que tiene, precisamente, esas funciones”.