Lo construirá INVAP, en asociación con Turkish Aerospace. Y será financiado por la Corporación Andina de Fomento, si es que hay acuerdo con el FMI.
Fernández habló en la Asamblea Legislativa del relanzamiento del plan satelital, con la construcción del tercer satélite argentino, el Arsat SG1. Y anunció además la construcción de un cuarto satélite, el Arsat SG2.
Ambos satélites geoestacionarios son “para la exportación de servicios de valor agregado en América del Sur y brindar soluciones de conectividad en banda ancha”, dijo Fernández, en su discurso de inauguración de las sesiones del Congreso.
El cuarto satélite argentino tendrá un costo de 250 millones de dólares, lo construirá la empresa estatal rionegrina INVAP, en asociación con Turkish Aerospace, y será financiado por la Corporación Andina de Fomento (CAF).
“La conectividad satelital complementa las redes de fibra óptica, en zonas rurales, donde es muy caro instalar fibra”, dijo a Clarín Pablo Tognetti, gerente general de Arsat.
Y agregó: “El SG2 va a complementar al Arsat 1, que tiene una vida útil de 15 años. Lo vamos a lanzar entre 2026 y 2027, en su misma posición orbital, en 72 grados Oeste, para cubrir el territorio de Sudamérica”.
Tal como ocurrió con los dos primeros satélites, que fueron lanzados en octubre de 2014 y septiembre de 2015, el gobierno planea construir y lanzar los dos satélites de Segunda Generación, SG1 y SG2, con una diferencia que esté en torno a un año.
“Empalmar la construcción de dos satélites muy similares te permite ahorrar en tecnología de escala, aprovechar el uso intensivo de la mano de obra capacitada y conseguir rápidamente los componentes tecnológicos”, aseguró Tognetti.
Además, el directivo de Arsat explicó que la tecnología de ambos satélites será de propulsión eléctrica -en lugar del combustible líquido que tuvieron los dos primeros- y permitirá un mayor desarrollo de Internet en las zonas rurales.
“El SG1 está previsto que lo lancemos entre fines de 2024 y principios de 2025. Tendrá una capacidad de 70 gigabits por segundo, para cubrir unos 200.000 hogares en Argentina y otros 80.000 en países limítrofes, como Chile, Bolivia y Paraguay”, añadió Tognetti.
Sin embargo, todos estos planes de construcción del tercer y cuarto satélite de Arsat están supeditados a que no se interrumpan los flujos de fondos de la CAF y que la Argentina llegue a un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
“Si el país no llega a un acuerdo con el Fondo, se cortan automáticamente esos créditos para construir los dos satélites”, advirtió un especialista a Clarín, que pidió mantener su anonimato.
Matías Tombolini al frente de Arsat
Pablo Tognetti fue el presidente de Arsat, hasta la semana pasada, cuando asumió en ese cargo el economista massista Matías Tombolini, dirigente del Frente Renovador porteño, quien dejó su cargo como vicepresidente del Banco Nación para asumir al frente de la empresa tecnológica estatal.
Con esa designación, el massismo profundizó su control sobre las políticas tecnológicas del gobierno nacional, ya que además un hombre del riñón de Sergio Massa preside el Ente Nacional de Comunicaciones (ENaCom), Claudio Ambrosini.
Junto con la designación de Tombolini, la semana pasada también asumió como directora titular de Arsat Soledad Gonnet, vicepresidenta del INVAP, en reemplazo de Anabel Cisneros. Y Tognetti pasó -de la presidencia- a ser el gerente general de Arsat.
“Es la continuidad con complementariedad”, dijo Tombolini en diálogo con Clarín, apenas asumió como presidente de la empresa tecnológica estatal. Y agregó: “Nuestro eje está puesto en la economía del conocimiento, la conectividad y el diálogo político, con la implementación del Plan Conectar 2020/2023 que lanzó Alberto Fernández”.
El nuevo directorio de Arsat quedó a cargo de Tombolini, el vicepresidente Guillermo Rus -dirigente de La Cámpora- y los directores titulares Facundo Leal, Soledad Gonnet y Marcelo Tesoro.