Se entrevistará con el jefe del Departamento de Estado, Anthony Blinken. Es en medio de una agenda urticante por la política argentina hacia Nicaragua, Venezuela y Cuba países que Washington considera dictaduras. El escándalo en la asunción de Daniel Ortega.
El canciller Santiago Cafiero aterrizará este lunes en Washington —si el fuerte temporal de nieve de las últimas horas se lo permite— para reunirse con el secretario de Estado Anthony Blinken e intentar afianzar la relación bilateral con Estados Unidos. A pesar de las expectativas en Argentina por el encuentro, en Washington advierten que hay temas sensibles por conversar y que no se esperan avances sustanciales con la visita, más allá de la formalidad del contacto.
Cafiero pensaba llegar el mismo martes, poco antes de la entrevista con su par estadounidense, a las 13 (las 15 de Argentina) en la sede del Departamento de Estado en Foggy Bottom. Pero dadas las dificultades que existen hoy en día con las cancelaciones de vuelos y los varios centímetros de nieve que cayeron este domingo en Washington, prefirió no poner en peligro la cita y llegar un día antes.
En esta capital se considera un gesto que Blinken reciba al argentino, ya que no es demasiado habitual en estos tiempos pandémicos que el estadounidense se encuentre con sus pares cara a cara en su oficina.
La agenda aún no está cerrada, pero Cafiero no verá a Jake Sullivan, el Asesor de Seguridad Nacional que estuvo en Buenos Aires el año pasado. Posiblemente visite a Juan González, el encargado de la Casa Blanca para América latina, y tenga reuniones en el marco de la OEA y el Congreso y también brinde una conferencia en algún centro de análisis.
Si bien la reunión se producirá en un momento crucial de las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional, fuentes al tanto de la visita señalaron a Clarín que no se esperan avances sustanciales en ese sentido.
El presidente Fernández había dicho días atrás que Biden debía “apoyar” a la Argentina ante el Fondo, pero en Washington resaltan que la bilateral no se armó en sintonía con esa negociación clave. Pese a eso Cafiero pedirá a Blinken respaldo ante el directorio ejecutivo del organismo para la refinanciación de un nuevo programa, que viene demorado y que debería estar resuelto antes de marzo, fecha de un fuerte vencimiento.
Como primera potencia económica mundial, EE.UU. tiene enorme peso en el board y no se aprobará ningún plan que el gobierno de Biden rechace. En la Casa Blanca quieren un marco de política económica “sólido” y con consenso interno.
Más allá de la formalidad del pedido del canciller argentino, en Washington advierten que Cafiero no es el mensajero adecuado para brindar las explicaciones económicas necesarias. Tampoco Blinken es el interlocutor indicado, ya que la relación con el Fondo se maneja desde el Tesoro, conducido por Janet Yellen.
Cafiero llega precedido de una mala señal: EE.UU. se opuso en diciembre en el board del FMI a revisar el tema de los sobrecargos, una iniciativa impulsada por Argentina para aliviar los pagos de su deuda.
Si bien el gobierno de Joe Biden busca tener una buena relación con la Argentina, hay gestos del gobierno de Fernández que desconciertan y preocupan en Washington.
La Argentina fue elegida (con el voto clave de Nicaragua) para la presidencia de la Celac, un organismo del que no participa Estados Unidos y sí varios de los países con regímenes considerados dictaduras por la Casa Blanca: Venezuela, Cuba y Nicaragua.
A pesar de que el nuevo rol de Argentina fue visto como un desafío a Washington, Cafiero buscará convencer a Blinken de que la presidencia del foro “puede tener un costado positivo”, dijeron a Clarín, ya que Fernández tiene buen diálogo con todos los gobiernos regionales, incluso con los que son considerados dictaduras por la Casa Blanca.
Otro de los temas que figuran en la agenda es el de la nueva presidencia argentina de la Comisión de Derechos Humanos en Ginebra. La posición de Argentina sobre derechos humanos preocupa en Estados Unidos, sobre todo en casos como Nicaragua, Venezuela y Cuba, países donde el Gobierno se ha resistido a condenar los atropellos. Organizaciones como Human Rights Watch advirtieron que la posición de Fernández es “errática e inconsistente”.
La protección de los derechos humanos a nivel mundial es muy importante para el gobierno de Biden y seguramente Cafiero deberá explicar la estrategia argentina, que incluye contactos estrechos con Rusia y China, hacia donde pronto viaja Fernández.
En este marco deberá hacer malabares con un episodio escandaloso: la presencia en la asunción de Daniel Ortega del funcionario iraní Mohsen Rezai, con pedido de captura de Interpol por el atentado contra la AMIA, en una ceremonia de la que participó el embajador argentino Daniel Capitanich.
En Washington hablan de “incompetencia o culpabilidad” del Gobierno y Estados Unidos criticó con dureza este episodio: “Las democracias en nuestro hemisferio no pueden darse el lujo de mirar hacia otro lado mientras Ortega-Murillo socavan la democracia y la seguridad regional”, dijo Brian Nichols, el encargado de América latina del Departamento de Estado.
Con estos temas urticantes en la agenda, Cafiero tendrá su debut en la capital estadounidense. El embajador Jorge Argüello, en tanto, busca que el canciller tenga la mayor actividad posible en medio de la tormenta.