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Lautaro Ithurrart fue asesinado de una puñalada durante una pelea a la salida de un baile clandestino en un quincho, el domingo.
Lautaro Ithurrart tenía 16 años y fue asesinado a la salida de una fiesta en La Plata. El único detenido que tiene el caso es el dueño de la casa donde se hacía el evento, Rodolfo Grossi (40). Está imputado como el autor material del crimen. Pero el acusado dio una coartada que, de comprobarse, podría cambiar su situación procesal.
Grossi dijo que no estaba en el lugar donde mataron a Lautaro. Lo hizo a través de un escrito presentado por su abogado, que además adjuntó capturas de video del momento de la pelea.
Todo ocurrió el domingo pasado cerca de la esquina de 137 y 36, del barrio San Carlos, de la capital bonaerense. Dos grupos de jóvenes se enfrentaron después de un baile clandestino que se organizó en un quincho, a la madrugada.
De acuerdo a la reconstrucción del episodio que hizo la fiscal Betina Lacki, la pelea comenzó entre dos chicos pero a los pocos minutos eran más de 20 los involucrados, entre menores y adultos.
En medio del tumulto, uno de los involucrados apuñaló en el pecho a Lautaro, que quedó tendido en el piso. Un rato después, llegaron patrulleros y una ambulancia. Al chico lo llevaron al hospital de Melchor Romero pero murió antes de que lo atendieran en la guardia.
La intervención policial terminó con la detención de Grossi y otros 13 menores que quedaron en libertad el mismo domingo. Además, los peritos secuestraron un cuchillo tipo carnicero que habría sido con el que mataron a Ithurrart.
A Grossi lo citaron para tomarle declaración indagatoria el martes. Y el acusado se presentó con su abogado Christian Romano. Dio su versión a través de un escrito que dejó en la fiscalía y adjuntó fotos donde supuestamente se ve a un hombre que “tenía la cuchilla al momento de la pelea”. A la vez, capturas de un video “cuando otro presunto agresor se cambia de ropa para no ser individualizado. Ninguno es nuestro defendido que pesa 50 kilos más”, según dice en la presentación.
Por eso, Romano reclamó una revisión de las cámaras de seguridad públicas, privadas y de fotomultas porque allí estaría el registro de la secuencia.
Habría, además, una captura de sistemas de seguridad de la casa de Grossi que podrían confirmar que el acusado estaba fuera de la pelea cuando mataron a Lautaro.
Hasta el momento, Lacki sostiene la imputación sobre el dueño de la propiedad donde se realizó la fiesta convocada a través de las redes sociales. Según los informes que hicieron los oficiales que llegaron para aplacar la disputa, “los chicos parecían todos sacados”. Hubo que convocar cuatro patrulleros y a una decena de policías para controlar la situación, según reconocieron en la comisaría que intervino.
La hipótesis más difundida es la de una disputa barrial. Pero no hay demasiados detalles. Lautaro llegó al salón del evento con su hermano, de 18 años. Vivía cerca del lugar donde lo mataron.
El festejo no tenía habilitación y en la Provincia de Buenos Aires está prohibido el consumo de bebidas alcohólicas por parte de menores.
Según trascendió de fuentes policiales, Grossi tiene antecedentes por estafas, robo y amenazas agravadas. Estuvo detenido en la cárcel de Florencio Varela. Era el organizador del encuentro en un quincho que tenía capacidad para poco más de 100 personas.
La Plata. Corresponsalía
MG
