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Ya no se puede ni cenar tranquilo: así roban a los que comen en una pizzería con mesas en la vereda

Ocurrió en un local Ramos Mejía. En apenas algunos segundos, paró un auto y se llevaron plata, celulares, relojes y las llaves de los autos.

Un hecho de inseguridad más y con una técnica que cada vez se ve con más frecuencia en el Gran Buenos Aires ocurrió en Ramos Mejía, cuando un grupo de delincuentes abordó a los comensales en la vereda de una pizzería y les robó todo a punta de pistola.

El asalto ocurrió en un local de la esquina de Coronel Allende y Avenida San Martín, cuando cuatro hombres se llevaron todas las pertenencias de cinco personas que se encontraban comiendo en una mesa al aire libre, sobre la vía pública.

El ataque tipo piraña logró sorprender con la guardia baja a las víctimas y funcionó casi a la perfección: en pocos segundos, se hicieron con el botín y huyeron.

El primer paso fue que uno de los asaltantes pasara caminando por la vereda, sin levantar sospechas. Mientras caminaba, en el preciso instante que sus cómplices estacionan un auto junto al cordón, se abalanza sobre uno de los clientes de la pizzería.

El grupo atacó a tres hombres que se encontraban comiendo y después fue por una mujer que estaba en otra mesa.

El grupo atacó a tres hombres que se encontraban comiendo y después fue por una mujer que estaba en otra mesa.

Del auto color gris detenido junto a las mesas, se bajaron otros tres asaltantes, quienes empezaron a pedirles las pertenencias a los tres hombres que se encontraban comiendo, mientras que les palpaban los bolsillos buscando que más sacarles.

Lejos de conformarse con esa mesa, uno de los agresores se dirigió a otra víctima, una mujer que se encontraba sentada más lejos y que también fue obligada a entregar lo que llevaba encima.

En apenas unos segundos, los delincuentes lograron hacerse de todos los objetos que encontraron: billeterascelulares, dinero en efectivo y hasta algunas llaves que pertenecían a los vehículos de las víctimas.

Uno de los ladrones volvió para sacarle hasta el reloj a una victima, antes de huir.

Uno de los ladrones volvió para sacarle hasta el reloj a una victima, antes de huir.

Antes de irse, no conformes con lo que se llevaban, en las imágenes registradas por una cámara de vigilancia se puede ver como uno de ellos parece volver por más y toma de la muñeca durante unos segundos a uno de los hombres, para terminar de sacarle el reloj.

Finalmente, el grupo se subió al auto en marcha, donde los esperaba un quinto integrante al volante. Arrancan, doblan la esquina y escapan con total impunidad.

El video del robo termina con la imagen de abatimiento y preocupación de los comensales.

La mayoría de las víctimas se quedan sentadas viendo como el auto de los ladrones se aleja alejaban del lugar, pero uno de ellos se levanta y camina hasta la esquina mientras mira para todos lados, como buscando alguna respuesta ante lo que acababa de sucederle.

Robo piraña, también para asaltar a los delivery

Semanas atrás, las cámaras de seguridad registraron otro asalto del tipo piraña en la misma zona, en ese casoc ontra un repartidor de una aplicación de delivery. El joven fue atacado violentamente por un grupo de al menos siete motochorros en el cruce de Berón de Astrada y Florencio Varela , también en Ramos Mejía.

El repartidor, que iba conduciendo a baja velocidad su moto Honda Twister 125, fue acorralado por otras cuatro motostres con dos ocupantes y una con un único conductor.

El delivery se había comprado la moto hacía semanas y era la segunda que le robaban por la zona

El delivery se había comprado la moto hacía semanas y era la segunda que le robaban por la zona

De una de ellas se bajó uno de los asaltantes y obligó al muchacho a entregarle su herramienta de trabajo y el teléfono celular.

El repartidor luego contó que en ese momento trató de moverse lo menos posible y por eso levantó las manos automáticamente. Pensó que si las ponía sobre la moto para sostenerse y poder bajar más rápido, el delincuente que le apuntaba con un arma creería que estaba pensando en huir y le dispararían.

Finalmente, los motochorros consiguieron su cometido y el hombre se bajó de la moto para entregársela al que lo encaró, quien caminó unos metros con el rodado y después se subió, escapando a toda velocidad mientras los cómplices lo escoltaban acelerando en la huida.

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