Cora Gregory ahora aprende sobre medio ambiente en su casa. El debate sobre la educación que generó revuelo.
La educación fue sin dudas una de las áreas clave que la pandemia puso a prueba: desde el uso de la tecnología y los modelos a distancia hasta contenidos vetustos. Y ese sentido gira la historia de la pequeña Cora Gregory.
Clare Gregory, de 39 años, notó que su hija de 7 años no estaba aprendiendo lo suficiente sobre protección del medio ambiente, razón por la cual decidió que dejara la escuela para educarla en su casa sobre cómo ser la próxima Greta Thunberg.
La familia de Wilmslow, Cheshire (Reino Unido) consideró que tenían que tomar una decisión importante para que la niña pueda adquirir conocimientos sobre la sostenibilidad y la crisis climática.
Cora realiza todo tipo de tareas vinculadas con el cuidado del medio ambiente.
De esta manera, Cora tuvo en enero su primer día de “escuela en casa”. Clare, quien carece de experiencia previa en la enseñanza primaria, le enseñó sobre permacultura y cómo cuidar las gallinas.
Ella considera que al brindarle a su hija las habilidades que necesita para proteger el mundo natural, pueda llevar a otros a hacer lo mismo sobre los cambios ecológicos.
La explicación de la madre
“Cora está aprendiendo a través de la vida cotidiana, cómo tener éxito y prosperar y ser una futura creadora de cambios ecológicos sin que ella necesariamente se dé cuenta todavía a esta edad temprana”, reflexiona la madre y difunde Daily Mail.
Cora Gregory ya es señalada como la futura Greta Thunberg.
Querían que la educación de Cora se basara más en la naturaleza y se centrara en cómo vivir de manera más sostenible. “Como padres, creemos que no se está haciendo lo suficiente para abordar la crisis climática”, remarca nuevamente.
“Nos preocupa lo que depara el futuro para nuestros hijos y nietos, aunque la opinión popular es que los niños no necesitan ser agobiados por los problemas que enfrentamos”, señala como contrapunto.
Cómo es su nueva educación en casa
La jornada escolar comienza cuando Cora cree que está lista para hacerlo, y se extiende por apenas tres horas al día. Aprende sobre las energías renovables o la huella de carbono con libros y métodos de aprendizaje “tradicionales”.
El resto del día también adquiere conocimientos, pero de otro modo. Por ejemplo, se la pasa al aire libre aprendiendo a cuidar las gallinas o cultivar alimentos. El matrimonio se inspira en los modelos de enseñanza creativos de Noruega, Finlandia y Dinamarca, que no siguen una estructura tan reglamentada.
La familia Gregory. La niña Cora aprende sobre animales y energías renovables en su casa.
“Esperamos que crezca para tener un buen conocimiento del mundo natural, cómo funciona, cómo apoya la vida humana”, se suma Christian, de 44 años, padre de Cora.
Las lecciones incorporan la permacultura: un sistema de principios de diseño agrícola, económico, político y social basado en las características del ecosistema natural. También, los 17 Objetivos Sostenibles para el Desarrollo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
El manejo de los animales es otra arista que no dejan afuera. Por eso la niña aprendió lo que significan las aves de corral y lo orgánico y actualmente están trabajando para producir el primer huevo sin carbono del Reino Unido.
Recientemente Cora expresó su deseo de vender los huevos, por lo que tuvo que diseñar una etiqueta de caja de huevos, producir un volante y ayudar a construir una caja con materiales nobles.
Cora estudia durante unas tres horas al día. El resto del tiempo se la pasa al aire libre en la naturaleza.
La familia sostiene que esta actividad, por ejemplo, le permite aprender lecciones clásicas como matemática, informática y arte de una manera más práctica y no tan estructurada.
“No seguimos un plan de estudios, de forma más relevante y experiencial. Creemos que, al igual que las escuelas en el extranjero, prepara mejor a los niños para la vida”, destaca la madre.
El ejemplo de Greta Thunberg
Little Cora se inspiró en la activista climática sueca Greta Thunberg, quien fue pionera en la huelga escolar por el clima en 2018.
Para Clare, ella es consciente de quién es y la admira totalmente por “enfrentarse a los adultos”. La considera “valiente” y cree que se debería hacer algo para que la gente los escuche, como Greta.
Pese a su falta de experiencia docente, la madre educa a la niña.
La familia, con cuatro miembros, intenta vivir de la manera más sostenible posible, con prácticamente cero residuos y reciclando lo que producen, haciendo abono, caminando y en bicicleta cuando sea posible y remendando su propia ropa.
Clare dejó su trabajo como partera para enseñar a Cora a tiempo completo, por lo que el único ingreso llega de Christian, quien se desempeña como gerente de Servicios al Cliente en el aeropuerto de Manchester.
Quizás este punto se trata de una contradicción, debido a que los entendidos señalan a que los viajes en avión contribuyen en gran medida al cambio climático. Y no es lo único que le marcan.
“La familia piensa que estamos locos”
Familiares y amigos tienen opiniones encontradas sobre cómo los padres están criando a Cora, quienes también planean implementar una educación similar en su hijo Kit, de 15 meses.
Cora debe alimentar y cuidar a las gallinas de sus padres.
“Piensan que estamos locos por sacarla de la escuela, creen que lo lamentaremos profundamente en el futuro. Que la nena estará mal preparada si no aprendió el plan de estudios nacional”, refleja la mujer.
Sin embargo, ellos están impulsando su eco-currícula en un intento por practicar lo que predican y ayudar a crear un futuro mejor para sus hijos.
En esa misma línea, Clare comenzó un curso para convertirse en “Educadora Verde” con Green School a finales de este mes. “¿Cómo puede alguien con niños pequeños no preocuparse por el mundo que nuestros hijos heredarán y cómo les afectará?”, se pregunta.
La familia cree que su experiencia con Cora debería inspirar a otras.
Y deja para el final una deseo: “Nos gustaría inspirar a las familias para que vean los beneficios de asumir la responsabilidad de enseñar a sus hijos formas de vida más ecológicas”. Cora lo está haciendo. Sólo el tiempo dará su veredicto.