El asesinato de Evangelina Trotta (48) se sumó al de Leonor Castro de Abálsamo hace un mes (70). Denuncian inacción judicial.
“Tenemos miedo, no estamos tranquilas y vivimos inseguras”. La frase la repiten las argentinas que viven en Buzios, estado de Río de Janeiro, luego del crimen de Evangelina Mariel Trotta (48), pero que se suma al femicidio de otra argentina hace un mes.
El 19 de marzo pasado, Leonor América Castro de Abálsamo (70) fue encontrada asesinada de ocho puñaladas en el cuello en un hostel del centro de la ciudad. La noticia no traspasó las fronteras, pero sí despertó el temor y la bronca de los buzianos.
La mujer vivía en Brasil desde hacía 30 años. Trabajaba en distintos puestos de artesanías, venta de recuerdos, excursiones a turistas. En los últimos días tenía como proyecto de vida viajar a España, donde vive su hijo.
Para eso canceló el contrato de la casa que alquilaba y se mudó primero con una amiga y luego a un hostel. Juntaba y ahorraba todo el dinero posible para preparar su viaje.
Pero el mismo día en que tenía pasaje para volar a Europa, alguien entró a su cuarto, la violó, la apuñaló ocho veces en el cuello, le robó y escapó. Nadie vio entrar a esa persona. Nadie la vio salir. Las cámaras de seguridad del alojamiento Coração de Mãe no captaron a ningún sospechoso. Todavía no hay detenidos.
“Pasan cosas raras en Buzios. Con las mujeres en general, pero con las argentinas en particular. No vivimos tranquilas y la Justicia acá no nos apoya por ser extranjeras“, cuenta una amiga de la víctima que prefiere no revelar su nombre.
Aquel mismo sábado 19 de marzo, a 700 metros del lugar del crimen de Leonor, apareció asesinada Pamela Santos Carvalho, brasileña de 26 años, que estaba desaparecida desde hacía ocho días.
La joven trabajaba en una heladería y lo último que se sabía de ella era que había salido del local hacia una parada de colectivos cercana para volver a su casa. Pero a partir de allí su celular dejó de funcionar y se perdió todo tipo de contacto.
La aparición de su cuerpo en la Lagoa de Ferradura una semana más tarde fue otro de los motivos por el cual los vecinos decidieron marchar contra la inseguridad y la violencia contra las mujeres en esa porción de paraíso brasileño. Una ciudad rodeada de playas hermosas de arenas blancas y aguas turquesas, pero que esconde una oscura realidad de crímenes sin resolver.
“Hay una enorme aumento en la cantidad de mujeres que son abusadas y atacadas. Muchas a quienes le ponen pastillas en los tragos en bares o boliches u otras que son abordadas mientras caminan por la calle. Y la mayoría son argentinas”, agregan desde el Frente Feminista de Buzios.
Fueron ellos quienes, cansados de tantas situaciones similares, decidieron realizar a fines del mes pasado una manifestación por las principales calles de la ciudad en la que exigieron mayor seguridad y mayor celeridad en la investigación de los casos.
Desde la misma organización contaron a Clarín que planean una marcha para el próximo sábado, en este caso movilizados por la muerte de Evangelina Trotta, una empresaria que fue hallada apuñalada el viernes último en su casa de la calle Jacob José Luiz, del barrio de la playa Joao Fernandes. Por este hecho buscan a su ex marido y padre de sus tres hijos.
Según medios brasileños, el estado de Río de Janeiro es el segundo más violento del país y la Región de Lagos (Arraial do Cabo, Buzios y Cabo Frío) es la segunda del estado donde más mujeres son asesinadas.
En Brasil una mujer es asesinada cada 6 horas, mientras que cada 60 minutos una mujer es violada. Según el Dossier Mujer 2021, datos del Instituto de Segurança Pública (ISP) del estado de Río de Janeiro indican que en 2020 cerca de 1.041 mujeres sufrieron algún tipo de violencia.
La Patrulla Maria da Penha, de la Guardia Civil Municipal de Buzios, recibió, del 8 de marzo de 2021 al 8 de marzo de 2021, 163 incidentes de violencia doméstica. Actualmente hay 98 mujeres registradas y 53 víctimas son monitoreadas frecuentemente.