Lo hizo luego de una jornada de alta tensión política, en la que el ministro Martín Guzmán estuvo la mayor parte del tiempo en Casa Rosada.
Martín Guzmán logró enviar el Presupuesto 2022 al Congreso y seguirá al frente del Ministerio de Economía. Así lo confirmaron fuentes oficiales después de una jornada convulsiva por la renuncia presentada por medio gabinete y el fuego amigo contra el ministro de Economía.
Pese a las versiones sobre un posible aplazamiento de su presentación, Guzmán y su equipo técnico de colaboradores lo giraron a las 23.24, cumpliendo a tiempo con la entrega al Parlamento para su tratamiento. Y dieron por supuesto un acuerdo clave con el Fondo Monetario Internacional.
De acuerdo con el texto, el crecimiento del año que viene es 4% (8% este año), la inflación 33% (45% este año) y el déficit fiscal primario 3,3% del PBI (4% del PBI este año). A su vez, el dólar para diciembre del año que viene será de $ 131,10, una suba de casi el 30% y apenas por detrás de la inflación prevista.
El ministro terminó sobre el final del día el Presupuesto, una herramienta que considera el “corazón de la política económica” y que tiene como premisas la generación de divisas, una política fiscal “expansiva” en el marco de las restricciones financieras y la sostenibilidad de la deuda.
Una de las novedades es que el proyecto no incluye los pagos de capital al FMI del año próximo, con la expectativa de llegar a un acuerdo con el organismo. Los compromisos -incluyendo intereses- suman US$ 19.100 millones, un monto considerado “insostenible” por Guzmán.
Según los cálculos oficiales, esos vencimientos representan un 4% del PBI ($ 2.400 millones) y de ser pagados demandarían recursos equivalentes a todo el gasto de capital y subsidios en energía y transporte o buena parte de las partidas sociales, incluyendo la AUH.
En cuanto a la inflación, se prevé en lo que queda del año una desaceleración mes a mes, aunque en septiembre volvería a aumentar en términos mensuales despues de bajar al 2,5% en agosto y desde octubre iría descendiendo en la medición interanual.
El salario real (RIPTE) crecerá 4% en 2022, el consumo privado 4,6%, el público 3,1%, la inversión 6,6%, las exportaciones 7,5% y las importaciones 9,4%. El saldo del comercio exterior estimado se reducirá de US$ 12.878 millones este año a US$ 9.323 millones el siguiente.
Los cálculos contemplan además una recaudación de $15,7 billones, un 46,7% más que lo previsto este año. Según fuentes oficiales, no se prevén nuevos impuestos ni la continuación del aporte extraordinario de las grandes fortunas, que este año engrosó las arcas fiscales.
Bajo el supuesto de una inflación menor al piso del 40% proyectado por el mercado, se prevé un incremento real del gasto. Sin embargo, de resultar mayor la suba de precios efectiva que las erogaciones, dichas partidas volverían a licuarse, como ocurrió en los primeros siete meses del 2021.
En el Gobierno aseguran que “el Presupuesto es serio dentro de las restricciones”, aunque reconocen que “hay más necesidades que instrumentos”. En ese marco, estiman un recorte de los subsidios a la energía al 1,8% y podrían bajar al 1,5% de avanzar en la segmentación de tarifas.
Recorte del déficit
El proyecto también contiene “adaptaciones” en virtud de las medidas adoptadas por la pandemia este año y la batería de medidas que se darán a conocer en los próximas horas para aliviar los ingresos y recuperar los votos perdidos en las PASO.
El financiamiento de la política fiscal será a partir de una emisión del Banco Central del 1,8% en 2022, por debajo del 3,6% previsto este año. Y la emisión de deuda del Tesoro en pesos será un 2% del PBI. En cambio, no se precisó de cuánto será el stock de deuda del Banco Central, hoy en $ 4 billones.
“Hay que ir normalizándolo a una velocidad que no sea desestabilizante”, dijeron desde Hacienda ante la consulta de Clarín. Y anticiparon que las tasas de interés (hoy, del 38%) se alinearán con los instrumentos públicos de deuda, que oscilan entre 40% nominal y 4 puntos reales.
La política fiscal es uno de los puntos sensibles sujeto a la negociación con el FMI para llegar al déficit cero y que genera tironeos en el oficialismo. El ministro de Economía avanzó en una fuerte reducción del desequilibrio fiscal en los primeros siete meses del año (0,7%).
En cambio, en La Cámpora prefieren avanzar de manera más gradual. En las últimas horas, el viceministro de Economía, Roberto Feletti, pidió más fondos para obras y subsidios, a la vez que alertó sobre posibles “tensiones” si se “acelera” la reducción del rojo fiscal “cuando hace falta plata en la calle”.
El recorte del déficit primario previsto para este año (del 4,2% al 4%) se verá facilitado por el cómputo de los DEG del FMI como ingreso fiscal (por arriba de la línea), un dato que recién fue confirmado este miércoles por fuentes del Palacio de Hacienda.
El ministro se queda
Guzmán tuvo un día agitado este miércoles. Por la mañana, presentó el proyecto de Ley de Hidrocarburos, que también fue enviado al Congreso, en un acto junto a Alberto Fernández. Y, luego, participó de una reunión en Casa Rosada con el Presidente tras la salida de los ministros K.
El negociador de la deuda se autodenominó durante el acto uno de los funcionarios “tercos”, retomando las palabras de Cristina Kirchner en el cierre de campaña, y en el trascurso de la jornada habló en tres ocasiones con la vicepresidenta, quien le aseguró que no había pedido su renuncia.
Después de la derrota en las PASO, el titular de Hacienda se convirtió en el principal blanco de ataques del cristinismo, junto al jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, por los “errores” cometidos que reconoció el mandatario el domingo.
Las intrigas palaciegas provocaron pronunciamientos de gobernadores, diputados y la CGT en apoyo a Fernández. Pero desde Economía le bajaron el tono anoche. “Hoy fue un día más, no hay cambio en el rumbo económico y cuando haya que hacer adaptaciones, se harán”, aseguraron las fuentes.
