La pobreza alcanzó a unos 11,3 millones de personas en el país en el segundo semestre de 2024, indicó este lunes el Indec en su informe de Condiciones de Vida, con datos relativos a ese período.

El informe considera la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) relevada en 31 aglomerados urbanos de todo el país, un universo de 10,2 millones de hogares y 29,8 millones de personas. Si los datos del informe se proyectaran al conjunto de la población resulta que son 18 millones las personas que vivían en hogares que no reunían ingresos suficientes para superar la Canasta Básica Total durante el segundo semestre de 2024.

De esa cantidad de hogares, el 28,6% estaban en situación de pobreza, es decir que con sus ingresos no podían cubrir el costo de la canasta básica total; unas 2,9 millones de familias. Las 11,3 millones de personas consideradas pobres constituyeron el 38,1% del total.

A la par, el 6,4% de los  hogares relevados, unos 650 mil, quedó en situación de indigencia, lo que significa que no llegaron a cubrir la canasta básica alimentaria con sus ingresos en el segundo semestre del año pasado.

Las personas en situación de indigencia fueron 2,5 millones, el 8,2% del universo total de la EPH.

En términos de evolución respecto al primer semestre de 2024, el Indec destacó que los números suponen un descenso de la incidencia de la pobreza en los hogares de 13,9 puntos porcentuales; y en las personas, de 14,8 puntos porcentuales.

En la comparación contra el segundo semestre de 2023 la disminución de la incidencia de la pobreza fue de 3,6 puntos porcentuales.

El ente estadístico también señaló disminuciones en la indigencia en la comparación contra el primer semestre de 2024, de 7,2 puntos porcentuales en los hogares y de 9,9 puntos porcentuales en las personas. La disminución de los dos indicadores se replicó en todas las regiones del país.

En la comparación contra el segundo semestre de 2023 la baja de la indigencia fue de 3,7 puntos porcentuales.

Con un comunicado oficial, el gobierno celebró los datos como un logro de su gestión política y económica  y atribuyó los niveles de pobreza e indigencia del primer semestre de 2024 al gobierno del Frente de Todos.

Pero el informe y la reacción del oficialismo motivó respuestas y análisis de los números. El Centro de Economía Política Argentina (CEPA) interpretó que el resultado del semestre se relaciona con los problemas de la metodología que utiliza el Indec para medir el Indice de Precios al Consumidor (IPC), un problema que afecta también a la medición de la incidencia de la pobreza y la indigencia porque en las condiciones actuales no es representativo de los consumos alimentarios y no alimentarios de los argentinos.

El CEPA también advirtió el condicionamiento que supone la política oficial para contener los precios mediante la utilización de la apreciación cambiaria, una estrategia que desaceleró la inflación e impactó en la medición de la pobreza, pero cuya sostenibilidad está en duda en un contexto en el que el gobierno podría devaluar la moneda por falta de reservas.

Además de la baja de los precios de los alimentos y por consiguiente de la canasta básica, el CEPA destacó que el aumento de la AUH de 31,9 puntos porcentuales en términos reales respecto del segundo semestre de 2023 fue otro factor que aportó a la reducción de la pobreza y la indigencia.

Entre los factores que no aportaron a la caída de esos indicadores, la fuente señaló a los salarios de los trabajadores no registrados, que cayeron respecto al segundo semestre de 2023 y subieron levemente respecto al primer semestre de 2024; y al salario mínimo vital y móvil, que cayó 29 puntos porcentuales respecto al segundo semestre de 2023 y se retrajo 0,3 puntos porcentuales respecto a la primera mitad del año pasado.

Tampoco impactaron positivamente los indicadores de empleo: la desocupación subió y el empleo bajó  en el segundo semestre de 2024 respecto a igual tramo de un año atrás.

Los planes sociales se redujeron y la jubilación mínima involucionó de igual manera.

LCG resaltó que más de la mitad de los menores de 14 años siguen siendo pobres, una proporción “alarmante” aun cuando la tasa se redujo casi 15 puntos porcentuales entre semestres.

Y agregó que la pobreza en los mayores de 65 años también volvió a valores de 2022, con el 15,8%, aunque lejos todavía de los valores pre pandemia, cuando el indicador rondaba el 11,4%.