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Redrado: “Si no llegamos con los dólares o no hay acuerdo con el FMI, ajústense el cinturón”

El extitular del Banco Central anticipó tensiones cambiarias en enero, un acuerdo no inmediato con el Fondo y mayor inflación en 2022.

Con un menor margen de maniobra después de las elecciones y reservas en declive, el Gobierno deberá afrontar un verano de turbulencias con el dólar y encarar en forma urgente los desequilibrios mediante un acuerdo con el FMI para evitar un mayor deterioro de la economía. Ese es panorama que avizora el expresidente del Banco Central, Martín Redrado.

O llegamos con las reservas a la cosecha de abril o al acuerdo con el Fondo, o ajústense el cinturón porque el avión se va mover. Es un contexto complicado, el gran tema es si la clase dirigente se da cuenta de la gravedad y no llegamos a procesos más complejos como las que tuvieron Sorrouille, Lavagna y Cavallo”, dijo este jueves en una charla organizada por el banco ICBC.

El economista, uno de los que sonó para ocupar el Ministerio de Economía, cuestionó el esquema “endeble” de la política económica actual a partir de las restricciones para acceder al dólar y anticipó un “gran debate” en los próximos tres meses sobre la brecha entre los tipos de cambio y el dólar oficial en un contexto, según explicó, donde “cada vez hay menos reservas“.

“Desde el lunes, el Banco Central decidió tirar la toalla de mantener artificialmente una brecha cambiaria, que no le generaba ruido hasta las elecciones. Eso había generado la pérdida de US$15, 20 y 25 millones por día, y un subsidio entre un contado con liquidación controlado y otro libre”, dijo en referencia a la decisión de no intervenir los dólares financieros regulados.

De esa manera, dejó en claro que su “principal diferencia” es con la política cambiaria del equipo económico, encabezado por el ministro de Economía, Martín Guzmán, quien previo a las elecciones descartó una devaluación, sostuvo que el Banco Central no perdió reservas y relativizó el nivel de la brecha cambiaria, que en todos las cotizaciones supera el 100%.

Redrado prevé que la balanza comercial y cambiaria rondará en torno a los US$ 1.000 millones mensuales en adelante, una oferta de dólares que “no nos alcanza en términos de las necesidades”, y estimó que para el 31 de diciembre las reservas netas (contando el oro) serán de US$ 3.500 millones, diferenciándose también de quienes las proyectan en negativo.

Así, para fin de año, aseguró que todos los indicadores de oferta y demanda de dólares estarán “en rojo”, entre ellos la compra neta de divisas por el BCRA, que recién el lunes pudo recomprar reservas. “La gran variable es la demanda de pesos, diciembre es mes positivo por las fiestas, pero a partir de mitad de enero va a estar la mayor tensión“, advirtió.

En cuanto a la suba del dólar, su diagnóstico es que “probablemente empiecen a acelerar el ritmo de devaluación” por las menores reservas para sostener el tipo de cambio por detrás de la inflación y la dificultad de que el Fondo acepte una brecha de mas del 100%, un requisito que incluyó en los últimos acuerdos con Egipto, Nigeria y Angola.

No obstante, descartó la posibilidad de un desdoblamiento cambiario, ya que en su opinión no permite acumular reservas, puede disparar los dólares financieros y complicar a las empresas endeudadas en el mercado de bonos internacional. “Por lo tanto se ha estudiado y se ha descartado, no es imposible, pero es improbable”, aseguró.

En cuanto a la negociación con el Fondo, destacó el “cambio de dinámica” tras el anuncio del envío al Congreso a principios de diciembre de un programa económico plurianual con metas fiscales y de financiamiento -aún no precisadas-, aunque infirió que el acuerdo “no fue discutido con el Fondo“, por lo que la discusión inmediata será sobre lo cambiario y fiscal.

Previendo que las conversaciones seguirán en enero y febrero, meses “flacos” de reservas, Redrado pronosticó “un verano con cimbronazos o algunos pozos de aire“. “El plazo es hasta marzo, podemos llegar rascando las ollas y la reacción del Central del lunes mostró que los dólares no alcanzan, por eso vemos un período de tensión en el primer trimestre que se traslada al mercado cambiario”, agregó.

No hay dólares para poder radicalizarse, les puede durar un mes, uno puede poner más controles y cada vez hay menos oferta de dólares para hacer frente a compromisos. Cuando me consultan sobre lo que hacen los accionistas de la coalición gobernante, veo consenso en no caer en un default con el Fondo”, sostuvo, aunque no descartó posibles atrasos en los pagos.

El otro desafío para el expresidente del Central es la inflación. Pese a la “radicalización” en los controles de precios, dijo que los aumentos en camino tienen de fondo “características fiscales y monetarias” y alertó que la inflación núcleo lleva más de un año por encima del 3%. “Si sacamos 2018 y 2019, hay que remontarse a los 80 para niveles tan elevados“, afirmó.

Si bien aseguró que “nadie quiere devaluar porque es un fracaso de la política económica”, el traslado a precios “ya lo estamos viendo en la suba de precios de los primeras semanas de noviembre”. Y señaló que el año que viene la inflación va a estar un “escalón más arriba” del 50% previsto para 2021, profundizando la tendencia ascendente de las últimas décadas.

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