La prestigiosa revista Time investigo a un grupo de empresas para saber si implementan políticas destinadas a enfrentar la crisis del clima
El cambio climático es un tema que ya es parte de la agenda de cualquier gran empresa. Sin embargo, muchas veces lo que dicen las compañías públicamente es muy distinto a lo que en realidad hacen. Sobre este tema, la mejor forma de auditar cómo una compañía aborda la crisis ambiental es estudiando los reportes anuales 10-K, que son documentos financieros que las empresas públicas en Estados Unidos presentan cada año a la Comisión de Bolsa y Valores (SEC).
Un análisis a este tipo de documentos de 300 empresas en los últimos 10 años muestra que algunas comenzaron a tratar temas relacionados con el cambio climático en 2012. Esto quiere decir que pasaron del discurso a la acción y tomaron una posición más activa para enfrentar la crisis, informó la revista Time.
Patrick Callery, profesor de la Universidad de Vermont que estudia a las empresas abordan tema del cambio climático, es escéptico y compara este cambio en la compañías con un shock emocional. “Primero lo negamos, luego lo aceptamos y luego, en algún momento, hacemos algo al respecto”, dice y agrega: “Creo que en este punto estamos en la etapa de aceptación y las empresas están hablando de hacer cosas, pero no creo que, en gran medida, las empresas realmente estén haciendo cosas todavía”.
La investigación hecha por la revista Time encontró que ahora es muy común que las empresas se refieran al cambio climático, aunque en muchas ocasiones lo hacen de forma vaga. Según el análisis, menos de la mitad de las 300 empresas mencionaron el cambio climático o palabras similares en los 10-K de 2012. No obstante, en 2021, la cifra fue del 91 por ciento. Sostenibilidad fue otra palabra muy utilizada en los reportes de la las compañía, que se disparó del 27% a casi el 80 por ciento. También se encontró que las empresas empezaron adoptar los ideales corporativos en torno a los estándares ambientales, sociales y de gobierno.
Sin embargo, a pesar de estas cifras, el lenguaje utilizado en los planes de las empresas para lograr sus objetivos climáticos sigue siendo poco común. Por ejemplo, la frase energía renovable pasó del 15% al 37%, mientras que el impacto ambiental pasó del 14% al 26 por ciento.
Para realizar su análisis, Time elaboró una lista con 200 palabras, frases y acrónimos relacionados con el cambio climático con aportes de prestigiosos expertos en el tema. Para la selección de las 300 empresas se guiaron por el índice S&P.
En la investigación encontraron que en las presentaciones a la SEC tienen más peso el tema ambiental que los informes de sostenibilidad que publican las compañías en sus páginas web. Esto puede explicarse porque los informes anuales 10-K están sujetos a escrudiño mucho más importante y si la información que brindan es engañosa puede tener consecuencias legales.
En los últimos años, los temas que se denominan como “objetivos climáticos” y “responsabilidad social” se duplicaron en los informes. En parte, esto indica que las compañías están reconociendo su responsabilidad y están estableciendo objetivos para realizar mejores prácticas ambientales.
Time señala hacia dónde podrían dirigirse los esfuerzos climáticos de las compañías. Por ejemplo, el concepto de “medición climática” podría comenzar a implementase de forma más amplia. Nuevos conceptos y políticas que se adopten también dependerán de las exigencias de las autoridades estadounidenses a las empresas.
Callery considera que muchas compañías son reacias a hacer inversiones para cumplir con los objetivos de reducción de emisiones. “El marco de tiempo para estos objetivos es tan lejano en el futuro que las empresas en realidad no tienen que hacer nada al respecto en este momento”, dice.
No obstante, Mindy Lubber, directora ejecutiva de la organización sin fines de lucro de sustentabilidad Ceres, tiene otra mirada. Dice que las empresas están tratando de enfrentar ese desafío en reacción a las demandas de los inversionistas y al impulso de las autoridades de EEUU. “Durante los últimos tres años ha habido mini revoluciones, pasar de empresas que plantaron un árbol o algo insignificante a realmente conseguirlo”, asegura.