El subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, fue citadado para dar detalles sobre el vuelo proveniente desde Caracas y que ha causado revuelo en la opinión pública
Un alto funcionario del Gobierno de Chile dio explicaciones sobre un avión venezolano-iraní que aterrizó en Santiago a fines del junio, lo que ha desatado especulaciones sobre la estadía de la aeronave en el territorio chileno.
Se trata del subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, quien se asistió de manera telemática en una sesión de la Comisión de Defensa Nacional de la Cámara de Diputados, la cual citó al alto funcionario del Gobierno para que entregue información sobre el aterrizaje del avión.
Este caso tuvo su origen el 22 de junio cuando un avión de la aerolínea estatal venezolana Conviasa, cuya matrícula es YV3533, aterrizó en Santiago de Chile proveniente de Caracas, Venezuela.
En Chile, la polémica estalló luego que Argentina retuviera a inicios de junio un avión de la aerolínea venezolana Emtrasur de matrícula YV3531. El motivo de lo anterior ocurrió por las sospechas de las autoridades por eventuales vínculos de la tripulación por actos de terrorismo.
Las esquirlas de este caso tuvieron inmediata reacción en Chile, especialmente cuando se supo del aterrizaje en Santiago de otro avión de Conviasa. Desde ese momento la oposición no dudó en apuntar al gobierno de Gabriel Boric para que emitiera explicaciones sobre este caso.
QUÉ DIJO EL SUBSECRETARIO DEL INTERIOR
Según Monsalve, la aeronave que aterrizó en Chile y la que se posicionó en Argentina no tienen relación. La primera es de la empresa Conviasa, y la otra es de Emtrasur. “Entre ambos no hay ninguna relación, corresponden a empresas distintas, y el avión que aterrizó en Argentina no ha aterrizado en suelo chileno”, dijo Monsalve.
Tras dejar esto en claro la autoridad agregó que el vuelo transportó a Chile a 89 pasajeros, 17 tripulantes de nacionalidad venezolana, y se trató de un vuelo chárter. El ingreso y la salida de los pasajeros fue controlada por la Policía de Investigaciones de Chile “y no se reportaron observaciones”. Además, el equipaje que entró y salió del país fue “tramitado por el Servicio Nacional de Aduanas y el vuelo no transportó otro tipo de carga”.
De estos 89 pasajeros, 79 eran de nacionalidad venezolana, entre ellos, 71 con residencia temporal en Chile, 5 con residencia permanente y 3 con permanencia transitoria. Además, se identificaron a 7 chilenos, 1 cubano con residencia temporal y 2 dominicanos con el mismo estatus. Todos están identificados.
El regreso del avión a Caracas ocurrió durante esa misma jornada con 135 pasajeros y los 17 tripulantes de nacionalidad venezolana. Entre los pasajeros se destaca a 124 extranjeros y 11 chilenos. Cabe destacar que la tripulación del vuelo no tocó suelo chileno al aterrizar, y la que despegó fue la misma que arribó a Santiago. No se identificaron ciudadanos iraníes entre los registrados.
CONVIASA EN CHILE
Ante la Comisión de Defensa, Monsalve explicó cómo es el funcionamiento de la empresa Conviasa en Chile. El vuelo de la aeronave YV3533 que aterrizó en Santiago es chárter, es decir, “no sujeto a itinerario y como operación esporádica o temporal para efectos puntuales”.
“Son vuelos que están autorizados pero que se producen cuando se acumula la cantidad de pasajeros necesarias, o que la línea aérea considera necesaria para hacer rentable el viaje. Como ven, hace viajes entre Caracas y Santiago, y la mayoría de sus pasajeros son ciudadanos venezolanos que tienen residencias temporales o transitorias en Chile”, dijo Monsalve.
El subsecretario detalló que este tipo de vuelos “se realiza independiente de la existencia de acuerdos escritos entre los Estados”, y que para operar en Chile requieren “seguros aprobados por la Junta de Aeronáutica Civil, y requiere Autorización de arribo y sobrevuelo de la Dirección de Aeronáutica Civil”. Monsalve agregó que, Chile “permite un máximo de 18 vuelos por operador en un año calendario”. Conviasa ha realizado, a la fecha, 13 vuelos de este tipo.
Para las autoridades chilenas, el vuelo YV3533 que aterrizó en Santiago contaba con todas las autorizaciones. “Desde el punto de vista normativo, la empresa Conviasa cuenta con, al igual que otras empresas, con todos los permisos de las instituciones correspondientes del Estado chileno”, dijo Monsalve.
Sin embargo, las autoridades chilenas destacaron que el avión que aterrizó en Santiago “sí perteneció a otras compañías aéreas previas”, entre ellas, Mahan Air de origen iraní y sancionada por Estados Unidos.