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“Kito, me dispararon”: la maldita bala policial que apagó la vida de Blas Correas

La Policía baleó al chico de 17 años, sin razón, mientras iba en auto con otros cuatro adolescentes, en Córdoba. Luego les plantaron un arma. Este viernes habrá veredicto.

Valentino Blas Correas tendría hoy 20 años. Estaría estudiando periodismo deportivo, sin dejar de lado su amor por Belgrano, ahora en Primera División, ni de gritar los goles de su ídolo, Pablo Vegetti. Pero en la madrugada del 6 de agosto de 2020, una bala policial truncó su vida, sus sueños. También, los de su familia, los de su mamá, Soledad Laciar (45), que no para de pensarlo cada día.

Este viernes, desde las 9, será un día de emociones fuertes para los allegados a la víctima. Primero se escucharán las últimas palabras de los 13 policías que son juzgados por el crimen y por el encubrimiento. Después, habrá veredicto, tras largos 205 días desde que empezó el juicio en la Cámara 8va. del Crimen, en la ciudad de Córdoba, con un jurado popular.

“La expectativa es total, después de casi siete meses estamos convencidos que absolutamente los 13, y aun más personas, tienen responsabilidad en lo que pasó esa noche”, se esperanza Laciar.

La foto de Blas esa noche que salió con sus amigos a tomar una gaseosa en un bar.La foto de Blas esa noche que salió con sus amigos a tomar una gaseosa en un bar.

La mujer le cuenta a Clarín que su expectativa es que “sean todos culpables, más allá de la pena, porque lo máximo que les pueden dar por encubrimiento son seis años, que es una vergüenza realmente”.

Para ella, no quedan dudas de que “acá hay violencia institucional”. Además, advierte que “uno está preparado para todo, porque hay que tener en claro que la lucha acá es es un primer paso, porque esto sigue, porque honestamente hoy en Córdoba no ha cambiado nada en tema de seguridad e inseguridad”.

“Está claro que la Policía como está hoy no funciona, la lucha nuestra va a seguir, lamentablemente hay otro juicio por delante, el de Joaquín Paredes (asesinado en la localidad de Paso Viejo), el de Lucas González en Buenos Aires, estas cosas pasan y siguen pasando. Entonces, la única manera de intentar que cambie es luchando”, sostiene.

Lo más triste es que salgo de ahí sin ninguna respuesta del lugar de donde quería, que era intentar que alguno asumiera, Imaginate que estar ahí y todos los policías piden ser absueltos, con la cantidad de pruebas que hay, es como demasiado castigo, como que te siguen castigando”, analiza.

También dice no entender los comentarios de “algunas personas, que gracias a Dios son poquitas pero existen, que siguen cuestionando a pibes de 17, 18 años y excusando de alguna manera este accionar de la Policía que no tiene excusas, es muy triste”.

Los amigos de Blas Correas que iban con el chico en el auto baleado, junto a la mamá de la víctima. Foto La VozLos amigos de Blas Correas que iban con el chico en el auto baleado, junto a la mamá de la víctima. Foto La Voz

Crimen y encubrimiento

Blas fue asesinado en la madrugada del 6 de agosto de 2020, en pleno confinamiento por la pandemia de COVID-19. ​La tarde anterior visitó a sus abuelos y a eso de las 19.30 fue a tomar una gaseosa a un bar, adonde lo esperaba un grupo de amigos del colegio (cursaban el último año de la secundaria).

Pasada la medianoche decidieron ir a la casa de uno de ellos a jugar a la Play. Subieron al Fiat Argo blanco de uno de los cinco adolescentes (todos de entre 17 y 18 años).

Dieron un giro equivocado en una calle. Según muestran las cámaras de seguridad, unos metros más adelante había dos patrulleros y policías con armas esperándolos. Los jóvenes se habrían asustado y por eso no se detuvieron. Sin dar ningún aviso, la Policía comenzó a disparar hacia el auto“, indicó Amnistía Internacional, que siempre acompañó a la familia de Blas.

Fue en un retén sobre avenida Vélez Sarsfield y Romagosa, frente al complejo Pablo Pizzurno. El chico recibió un tiro que ingresó por la luneta del auto y le atravesó la espalda. “Kito: me dispararon“, alcanzó a decirle Blas a uno de los compañeros, que lo llevaron a una clínica, donde se negaron a atenderlo.

Camino a otro hospital, fueron nuevamente interceptados por la policía, que les impidió seguir. Blas murió sin llegar a ser atendido. Los policías intentaron encubrir la escena y simular un supuesto enfrentamiento entre los jóvenes y los agentes implicados“, añadió el documento.

Como ocurrió con Lucas González (17) en el barrio de Barracas, asesinado por una brigada de la Policía de la Ciudad, también les plantaron un arma, en este caso un revólver calibre 22 inservible.

El Fiat Argo en el que iban los cinco amigos.El Fiat Argo en el que iban los cinco amigos.

La agente Wanda Esquivel (35), ex integrante del Ejército, admitió durante el juicio que lo hizo. En un audio que le mandó a su pareja tras el hecho, le dijo: “No sabés lo que te acabás de perder, amor“.

Javier Catriel Alarcón (33) y Lucas Damián Gómez (38) -autor del disparo que mató a Blas- están detenidos en la cárcel de Bouwer. Llegaron al juicio imputados como coautores de “homicidio agravado por el uso de arma de fuego y calificado por haber cometido en abuso de su función por un miembro de las fuerzas policiales“.

Los fiscales Fernando López Villagra y Marcelo Hidalgo pidieron prisión perpetua para ambos.

Los otros 11 policías fueron acusados por encubrimiento y otros delitos conexos. Las penas solicitadas para ellos van de 5 a 6 años.

El doloroso adiós a Blas. Foto TélamEl doloroso adiós a Blas. Foto Télam

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