El diagnóstico es una hernia en la cicatriz que le dejó la cirugía por la puñalada que recibió durante su campaña en 2018
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, fue ingresado en la noche del jueves al Hospital de las Fuerzas Armadas de Brasilia por un fuerte dolor abdominal, zona en la que recibió una puñalada durante su campaña en 2018 y que ha provocado que pase por el quirófano desde entonces en cuatro ocasiones.
El nuevo diagnóstico es una hernia en la cicatriz que le dejó la cirugía por aquel ataque. Ya en 2019 tuvo que ser operado de nuevo en esta zona debido a complicaciones. Según el parte facilitado por el Gabinete de Seguridad Institucional, no tiene previsto someterse a una nueva operación, aunque seguirá en observación, cuenta el diario Estadao.
La última vez que Bolsonaro tuvo que ser ingresado fue en enero de este año. En aquella ocasión pasó dos noches en un hospital de San Pablo tratándose una obstrucción intestinal.
El estado de salud de Bolsonaro parece haber empeorado en los últimos días, una vez se ha dado a conocer los motivos por los cuales el aún presidente de Brasil se habría recluido en el Palacio de la Alvorada coincidiendo con su derrota en las elecciones del pasado 30 de octubre frente a Luiz Inácio Lula da Silva.
Esta semana, el vicepresidente, Hamilton Mourao, ha comunicado que Bolsonaro está convaleciente de una infección en una de sus piernas que le impide usar pantalones. Según su ‘número dos’, tiene una erisipela, una enfermedad cutánea causada por una bacteria que entra en el organismo a través de pequeñas heridas mal curadas.
No obstante, la dolencia habría remitido y la próxima semana podría retomar sus actividades. Por el momento, Bolsonaro apenas ha salido en un par de ocasiones de la residencia oficial y ha limitado su presencia en redes sociales a las que solía acudir al menos una vez a la semana para dar su particular parte informativo.
La última vez que se le vio en estas plataformas fue el 2 de noviembre, para pedir a sus seguidores que cesaran las protestas y los bloqueos que habían impuesto en varias carreteras por el triunfo de Lula.