Tres cohetes fueron lanzados desde el Líbano hacia el territorio israelí y el ejército respondió con disparos, dijo el ejército. No hubo información inmediata sobre daños o heridos.
El anuncio se produjo después de que el miércoles sonaran las sirenas en el norte de Israel advirtiendo de un posible ataque con cohetes desde el Líbano y de que los informes de televisión dijeran que Israel está devolviendo los disparos.
El Canal 12 informó que un cohete explotó en un área abierta, lo que causó un pequeño incendio, y otro fue interceptado por el sistema de defensa de Israel, conocido como Cúpula de Hierro.
Vecinos de la zona escucharon fuertes explosiones, pero no hubo heridos ni daños materiales relevantes, según medios.
El ejército dijo que devolvió los disparos de artillería en respuesta “hacia territorio libanés”, según expresó el comunicado.
Las sirenas sonaron cerca de Kiryat Shmona, una comunidad de unos 20.000 habitantes cercana a la frontera libanesa. Se han producido varios incidentes similares en los últimos meses.
El lanzamiento de hoy desde el Líbano se produce solo dos semanas después de otro incidente similar el 20 de julio, cuando dos cohetes fueron lanzados desde el país árabe hacia Israel, ante lo que el Ejército respondió también con ataques de artillería.
Las autoridades israelíes creen que los disparos fueron lanzados por grupos palestinos con base en Líbano y no por el grupo terrorista Hezbollah. Es poco probable que los grupos palestinos puedan actuar sin el consentimiento de movimiento chiita libanés.
A medida que la crisis se agrava en el país árabe, en Israel han aumentado los temores de que la situación de inestabilidad dé alas a Hezbollah -apoyado por Irán, principal enemigo de Israel- u otros grupos armados y derive en una nueva conflagración.
Israel y Líbano técnicamente siguen en guerra y no hay relaciones diplomáticas entre ellos.
Este episodio coincide además hoy con actos y protestas en Líbano en ocasión del primer aniversario de la explosión en el puerto de Beirut, que causó más de 200 muertos, 6.500 heridos y una gran destrucción.
Además, este ataque se produce en un contexto de creciente tensión en Oriente Medio tras el ataque el jueves pasado contra un buque cisterna operado por una empresa de un multimillonario israelí.
En los últimos días, tanto Israel como Estados Unidos y el Reino Unido han responsabilizado a Irán por ese ataque, desencadenando un repunte de tensión que incluyó amenazas israelíes de una posible respuesta severa.