María Leticia Zapata y su novio están prófugos y con un pedido de captura tras un elaborado esquema que incluyó un certificado falso y una campaña en redes sociales en Misiones. Las revelaciones de su hermano
María Leticia Zapata conmovió a muchos en Misiones con su posteo en las redes sociales. La mujer de 30 años, con domicilio en Merlo, publicó un texto la semana pasada en el que relataba que fue diagnosticada con cáncer de útero. Allí explicaba, casi suplicando, que necesitaba reunir $350 mil para poder costear el tratamiento en una clínica porteña, un tratamiento supuestamente alternativo, ya que todas las terapias convencionales, aseguraba, habían fallado. Adjuntó a la publicación una foto suya donde se la veía rapada y con una delgadez preocupante, junto a lo que parecía ser un certificado expedido por una médica misionera. Tanto fue el efecto que generó que logró más de lo que se había propuesto a través de distintas donaciones: $396 mil pesos en total.
Pero todo el amor de la gente se convirtió en indignación. Es que la justicia comprobó que era todo falso: nunca estuvo enferma, las fotos eran montajes y el certificado era falso. Además, luego del engaño llegó una nueva noticia: están prófugos. Esta semana, el juez Miguel Mattos ordenó su captura y la de su pareja, Matías Poberezny, de 29 años, bonaerense también, luego de que abandonaran su departamento en Posadas y escaparan con el dinero tras varias denuncias formales en su contra.
“Zapata, María Leticia. Paciente con diagnóstico de cáncer de útero. Debe asistir a consultorio de oncología el miércoles”, dice el certificado médico que la mujer utilizó como herramienta para sustentar su presunta estafa y que lleva lo que parecería ser la firma de la doctora Paola Flores, que atiende en el Hospital Madariaga. Pero, justamente, fue Flores la que hizo la denuncia en la Justicia y aclaró que esa no es su letra, tampoco su firma.
Su novio prófugo, Matías Leonel Poberezny, con domicilio en Temperley se presenta como abogado, aunque Infobae pudo comprobar que no está colegiado en Capital Federal o Gran Buenos Aires. Registrado en el rubro de informática de la AFIP, lo único que lo une a la abogacía aparentemente, según los registros oficiales, es haber trabajado años atrás para un estudio jurídico. Además posee deudas de larga data con distintas entidades financieras por más de 230 mil pesos.
Según la reconstrucción parcial de los hechos que realizó el juez Miguel Mattos, del Juzgado N°7 de Posadas, la estafa comenzó la semana pasada cuando circuló por Facebook e Instagram la publicación de Zapata en la que contaba sobre la supuesta enfermedad y realizaba el pedido de dinero: “Hoy dolorosamente tengo que pedir de una pequeña colaboración, por más mínima que sea para poder lograr el objetivo de juntar los $ 350.000 para poder continuar mi tratamiento oncológico en el Hospital Alemán de la Ciudad de Buenos Aires”. Además explicaba que tenía dos hijos para mantener y que había perdido su trabajo.
La solidaridad de la gente fue inmediata y en pocas horas recibió dinero en una cuenta bancaria. Los depósitos iban desde los $100 a los $1500. Para eso ayudó la repercusión que se le dio en los medios locales donde la propia mujer daba entrevistas contando sus falsas penurias. Incluso subió un video hablando en primera persona, que luego borró.
Fue tanta la masividad de la publicación que la historia llegó hasta la propia familia de la mujer en Buenos Aires, lo que se convirtió en el primer escollo para los estafadores. Cuando la campaña ya estaba en marcha y las donaciones llegaban a cada hora, Miguel Zapata, hermano de la falsa enferma, realizó un posteo desmintiendo la situación y contando que, por ejemplo, su hermana no tiene hijos. Además pedía que dejaran de depositar dinero.
“Cuando nos enteramos supimos que era todo mentira. Ella tuvo alguna vez un quiste benigno pero nada más. Además nunca tuvo chicos. Nosotros creemos que ella está siendo utilizada por la pareja. Es un hombre que ya estafó a otras personas, incluidos familiares”, dice Miguel a Infobae con enojo pero aun creyendo en que su hermana es inocente y que todo se trata de una manipulación de su novio.
Incluso Miguel asegura que se presentó en la Justicia de Misiones para denunciar la situación pero, según su versión, “no le dieron importancia”.
El plan de recaudación marchaba a la perfección, excepto por un detalle. El lunes por la mañana se presentó en tribunales la doctora Flores para denunciar que el certificado que mostraba la mujer que pedía dinero por los medios era apócrifo. Explicó que nunca la había atendido. Rápidamente se formó una causa y, por orden del juez, efectivos de la policía local fueron hasta el departamento de la pareja. Cuando llegaron tocaron el timbre pero no había nadie. Ya era demasiado tarde: no solo habían desparecieron en tiempo récord y sin dejar rastros sino que la Justicia confirmó, mediante exhortos a las entidades bancarias, que casi el total del dinero donado fue extraído en cajeros automáticos y estaciones de servicio. La cuenta quedó prácticamente vacía.
En paralelo, desde el Hospital Alemán negaron haber recibido algún tipo de transferencia por ese tratamiento y para esa persona. Incluso, también desde el Hospital Madariaga en Misiones negaron tener en sus registros a una paciente con el nombre de Leticia Zapata.
Con todos estos datos sobre su escritorio, el juez Mattos ordenó la captura a nivel nacional tanto de Zapata como de su pareja Matias Leonel Poberezny por el delito de estafa aunque, según fuentes judiciales, podría sumarse también la falsificación de documento público.
“Pudimos comprobar el retiro del dinero y pedimos colaboración a un área policial de Cibercrimen para intentar rastrear el paradero. Para esto va a ser fundamental que se difundan las identidades y las fotos. Creemos que ya salieron de la provincia de Misiones pero que permanecen en el país”, explican fuentes de la causa.
Mientras la policía busca a los prófugos, hay cientos de personas que depositaron hasta lo que no tenían para solidarizarse con lo que creyeron una causa justa pero que en realidad era una farsa.