Creen que el agente retirado mandó a matar a Juana Rojas (52) porque ella quería divorciarse.
Dos sicarios. Cuatro balazos. Una mujer asesinada. Un ex policía detenido. El escenario de terror se registró en Corrientes y la víctima del femicidio fue Juana Rosa Rojas (52).
La Policía detuvo como instigador del crimen a su ex pareja, un policía retirado que hace seis meses había sido excluido de su casa por violencia de género.
El femicidio fue cometido por dos jóvenes que se movilizaban en una moto y llegaron hasta el pequeño quiosco de la víctima, que estaba conversando con una vecina cuando los desconocidos le pidieron cervezas.
Apenas la mujer traspuso el portón de rejas de su casa, que alcanzó a cerrar con llave, los atacantes le dispararon cuatro balazos con un revólver y escaparon sin llevarse nada. En el local de la víctima había dinero en efectivo, dijeron fuentes vinculadas a la causa.
El hecho ocurrió a las 22.30 del sábado y la ausencia de cámaras de seguridad en la zona, además de la escasa iluminación, impidieron hasta el momento obtener datos sobre los autores del ataque mortal.
El acceso al barrio donde ocurrió el femicidio en Corrientes.
Fueron los hijos de la mujer quienes alertaron a la seccional 20 sobre el femicidio. Y refirieron que Juana atravesaba un violento proceso de divorcio con su padre, el policía retirado Ramón Maciel (55).
La abogada de la mujer alertó a la fiscal Sonia Meza sobre la posible responsabilidad de Maciel. La profesional que asesoraba a Rojas en el proceso de divorcio contó que su cliente había tomado la decisión de cortar la relación de pareja con Maciel porque desde hacía mucho tiempo sufría hechos de violencia conyugal.
Además, dijo que fue ella quien pidió la exclusión del hogar debido al temor que sentía la víctima hacia su marido. Además, consiguió que la Justicia dictara una perimetral, situación que habría enfurecido al policía.
La abogada sostuvo que su cliente le había contado que Maciel le había jurado que pagaría con su vida su decisión de divorciarse.
La detención
Con esos datos, la fiscal Meza pidió la detención del policía como posible instigador del crimen y que se le secuestre el teléfono celular en busca de posibles contactos con los sicarios. Además, se dispuso el allanamiento de su casa en busca de pruebas que lo vinculen con el hecho.
El hombre estaba retirado de la Policía de Corrientes, pero había sido recontratado para la custodia de edificios públicos. Esa medida fue tomada para evitar que agentes en servicio presten ese tipo de servicios, resintiendo la seguridad pública.
Voceros judiciales se mostraron preocupados por la modalidad del crimen, ya que no es habitual en Corrientes los casos de sicariato.