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Llevaba 28 años en la fuerza y con su esposa tenía un emprendimiento para llegar a fin de mes.
Rafael Carlos Loria (49) había llegado a su casa luego de cumplir su tarea como prefecto. Su esposa estaba a punto de salir a hacer el reparto de la verdulería familiar, un emprendimiento que armó para “llegar a fin de mes”. Pero él le dijo que se quedara y tomó su lugar. A unas cuadras, cinco delincuentes lo abordaron para robarle, en la esquina de Mario Bravo y Ginebra, lo mataron de un tiro en el abdomen.
A Loria le decían “Pepo” y con Sonia, su esposa, tenían dos hijos. Iban a cumplir 28 años de casados este martes, según contó ella, que agregó que él se había pedido el día en el trabajo para salir a celebrar.
Sonia describió a “Pepo” como “un policía de ley que amaba su trabajo”. En una entrevista televisiva también dijo que “vivía para la Prefectura” y contó que en el día a día ella le recriminaba “que estaba todo el tiempo con el teléfono solucionando problemas”.
Este martes, las redes sociales se llenaron de mensajes de los amigos y conocidos, conmovidos por el crimen de Loria.
Allí lo describieron como una persona “muy dedicada” con su trabajo y aseguraron que era un hombre que destilaba alegría en cada encuentro.
Otros reclamaron que se investigue qué pasó y se atrape a los asesinos. “Justicia hermano. Te voy a extrañar el resto de mi vida. No puedo creerlo. Que fácil que se seca la sangre de un servidor de la Patria. Espero que descanses en paz”, escribió un compañero de la víctima.
Sonia también contó que el menor de sus hijos, de 15 años, le dijo que por las ocupaciones que tenía y el tiempo que le dedicaba al trabajo “no lo disfrutó a su papá. Está destrozado, no tenemos consuelo ni sabemos cómo vamos a seguir”.
“Lo único que quiero es despedirlo en paz, como corresponde, que esos 25 años que le brindó a la Prefectura se hagan ver porque él siempre fue un buen policía, un policía de ley. Él amaba su trabajo. Yo le reclamaba que estaba todo el tiempo con el teléfono solucionando problemas y ahora me quedé sola con mis dos hijos”, dijo la mujer en una entrevista con Arriba argentinos, por El Trece.
Y agregó: “Él me decía que dejara de trabajar, que nos íbamos a arreglar, y yo tenía miedo de que se vuelva a poner el uniforme porque trabajaba de civil, pero nunca pensé que iba a pasar por esto. No sabía cómo decirles a mis hijos que me perdonaran, que por culpa de mi trabajo los dejé sin papá”.
Según testigos Loria “no intentó resistirse”. El prefecto fue abordado por los asaltantes que se movilizaban en un Volkswagen Fox y quisieron robarle su vehículo, un Renault Duster en Villa Fiorito, partido de Lomas de Zamora. Fue alrededor de las 22 cuando Loira estaba en el cruce de Bucarest y Mario Bravo, en Villa Fiorito, y lo cruzaron para robarle. Los investigadores analizan si quiso acelerar para evadir a los ladrones y fue ahí cuando le dispararon.
Los delincuentes están prófugos, escaparon sin robarse nada. La investigación quedó en manos de Carla Furingo, de la fiscalía N°1 de Lomas de Zamora.
“Me llamó una mujer desesperada, me dice ‘vení por favor, que le quisieron robar a tu esposo, está tirado en la calle. Vení, vení’”, relató Sonia, y agregó: “Y bueno, lo llamé a mi hermano que vive enfrente del negocio y salimos volando. Ya cuando fuimos lo vimos muy malherido, no venía la ambulancia y decidimos levantarlo porque yo ya no quería esperar más. Le hablaba, le di respiración, lo levantamos como pudimos entre todos. Lo puse en mi regazo y nos fuimos al UPA (Unidad de Pronta Atención)”.
SC