Plantea que los usuarios deben pagar un 43% del costo de la luz, cuando hoy abonan menos del 30%.
El Gobierno proyecta subsidios energéticos por $ 964.000 millones para 2022, según el proyecto de ley de Presupuesto. ¿Cumplirá con esos números? Para hacerlo, deberá avanzar con incrementos en las tarifas de luz y gas superiores a los de este año.
En el presupuesto de este año, que el ministerio de Economía mandó en septiembre de 2020, los subsidios energéticos estaban pautados en $ 623.000 millones. Pero el Poder Ejecutivo encaró en una dirección de mayor gasto, y este año termina erogando más de $ 900.000 millones en ese sentido.
Destinó casi un 50% más de lo presupuestado para mantener las tarifas planchadas. El Frente de Todos presentó esta decisión como una de las razones para votar a sus candidatos en las últimas elecciones.
Economía estima una inflación anual del 33%. En cambio, estima que las subvenciones energéticas subirán menos del 8%.
El incumplimiento en las subvenciones de 2021 (los $ 623.000 millones pautados versus los $ 900.000 millones que serán los finales) se justifica en que los aumentos fueron inferiores a los que pensaba el ministro de Economía, Martín Guzmán.
El funcionario calculaba subas en torno a la inflación -a la que proyectaba en 29%-. Pero el gas subió un 6% y la luz escaló un 9% en Buenos Aires.
Para que en 2022 se cumpla el presupuesto, habrá que aplicar subas. El presupuesto avisa que se buscará que la tarifa cubra un 43% de los costos eléctricos, en lugar del 30% actual. Para lograrlo, el Gobierno tendrá que aceptar incrementos.
En algunos casos, esas subas rondarían el 40% o más en sectores de clase media, para llegar a las cuentas que presentó Economía.
En el Poder Ejecutivo existe un plan para adecuar las tarifas, a implementar después de las elecciones. Se trata de una segmentación, por la cual el nivel de incremento sería diferente según las características de los consumidores. Se vino estudiando buena parte del año.
El secretario de Energía, Darío Martínez, expresó que no sirve “tener las tarifas congeladas” durante otro año más. Hasta ahora, la incidencia de Martínez en las tarifas ha sido acotada. El subsecretario de Energía Eléctrica, Federico Basualdo, decidió un incremento del 9% en las tarifas de luz. Enojado con esa decisión, Guzmán pidió su renuncia y no lo logró.
En gas, el aumento otorgado hasta ahora fue del 6%. Federico Bernal, interventor del Enargas, iba a avanzar en una nueva audiencia pública si así se lo ordenaban desde la secretaría de Energía.
En marzo de 2021, cuando Guzmán imaginaba un aumento del gas cercano al 35%, Bernal expresó que “el Presupuesto está basado en supuestos, siempre se va modificando a través de reasignación de partidas”. Eso fue lo que terminó sucediendo.
La pregunta de los especialistas en servicios públicos es si en 2022 se repetirá la película de 2021. Es decir, si nuevamente se destinarán más fondos que los asignados para mantener las tarifas congeladas. Varios expertos lo comentan informalmente, porque están preparando trabajos al respecto.
La actual disputa entre los funcionarios más alineados al presidente Alberto Fernández con los embanderados con la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner también podría tallar en las decisiones.
Hasta ahora, Basualdo y Bernal -elegidos por Cristina Kirchner para esos cargos- inclinaron las decisiones del Poder Ejecutivo hacia sus puntos de vista, con incrementos del 6% al 9%, como los vistos este año.
La continuidad de ambos fue puesta en duda por fuentes oficialistas en cuestiones energéticas, pero ninguno de los dos confirmó si se va o se queda, frente a consultas de este diario.
El ministro Guzmán está negociando un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. En ese entendimiento, la reducción de subsidios es una de las vigas, según creen varios economistas. Si Guzmán sale fortalecido de los desacuerdos entre Presidente y Vicepresidenta, tendrá más chances de aplicar las correcciones que considera convenientes.