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El Gobierno limitó la suba de retenciones pero en el campo siguen los temores

La vocera presidencial, Gabriela Cerruti confirmó que evaluan subir al 33% la alícuota a la harina y aceite de soja. Es el principal producto de exportación.

Tras un día plagado de rumores por una posible suba de retenciones a casi todos los cultivos, desde el Gobierno aclararon que no habrá subas generalizadas. Fue la vocera presidencial, Gabriela Cerruti, la encargada de desmentirlo. Pero sí confirmó que se estudia un incremento del 31 al 33% en la alícuota a la exportación de aceite y harina de soja.

“Se están estudiando una cantidad de medidas, Ninguna es la suba de la retención a la producción de maíz, a la soja o al trigo“, aseguró Cerruti.

Minutos antes, el ministro de Economía, Martín Guzmán, se refirió al efecto que tiene en los precios la dramática guerra en Ucrania, anticipando medidas que se anunciarían hoy. Lo hizo durante su exposición en el Senado por el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional que aprobó Diputados el viernes pasado.

El Gobierno está armando una serie de medidas para amortiguar el impacto de la inflación, que según se pronostica para marzo, será la cifra más alta de los últimos 12 meses. Estudian la ampliación de los precios cuidados y el mencionado incremento de la alícuota en dos puntos, del 31 al 33%, para el aceite y la harina de soja, facultad que le dio el Congreso al Poder Ejecutivo tras la aprobación de la Ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva ni bien comenzó la gestión de Alberto Fernández.

Pero un amplio sector del propio Gobierno que se referencia en Cristina Kirchner y en el que se referencia el secretario de Comercio, Roberto Feletti, impulsaba una suba generalizada basada en la ley de Emergencia. Pero al no aprobarse la ley de Presupuesto de 2022, el Gobierno está impedido de concretarlo.

Por otro lado la veloz reacción de la oposición obligó a dejar de lado esa idea, al menos por ahora. Juntos por el Cambio  amenazó con no aprobar el acuerdo con el FMI en el Senado, una semana antes del vencimiento de US$ 2.800 millones con el organismo que dejaría a la Argentina a borde del default.

Con la suba del impuesto para la harina y el aceite de soja que en 2021 se exportaron por US$ 20 mil millones, se eliminaría el diferencial arancelario entre el poroto de soja y estos subproductos que había eliminado Mauricio Macri en 2018 y que un año más tarde la administración de Alberto Fernández lo reanudaría, con el propósito de estimular el valor agregado.

Según un cálculo de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, la medida tendría un impacto relativamente menor sobre la recaudación por derechos de exportación. Para la campaña 2021/22, en donde el nuevo esquema de retenciones afectará a los subproductos de soja, se proyectan exportaciones de harina de soja por 27,5 millones de toneladas y de aceite por 5,8 millones de toneladas.

No obstante, dado que 3,9 millones de toneladas de harina y 1,1 millones de toneladas de aceite ya se vendieron y tributaron los respectivos derechos, el Gobierno recaudará U$S 425 millones.

Desde la Cámara de la Industria Aceitera Argentina (CIARA) se reunieron ayer a la tarde con el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, con ese número en la mano para que no se concrete la medida. Hasta el cierre de esta edición no trascendió el resultado de la reunión.

Pero desde su cuenta de twitter, los exportadores volvieron a criticar el cierre de las exportaciones de los subproductos sojeros. “La decisión de cerrar el comercio exterior a los subproductos de la soja derivará en una pérdida de ingresos de divisas que el Estado está sacrificando de a millones de dólares en recaudación”, criticó la cámara que agrupa a las agroexportadoras del país.

“El mercado interno está abastecido, tanto en maíz como en trigo, pero faltan divisas. No se entiende por qué no abren los registros. Toda la cadena -Productores industriales y comerciantes- pierde con este bloqueo comercial”, agregaron.

 alertaron que dejarían sin efecto los fideicomisos para el aceite de girasol, trigo y maíz, lo que tensó aún más la cuerda con el Gobierno.

A su vez los gobernadores de Santa Fe y Córdoba, Omar Perotti y Juan Schiaretti, respectivamente, repudiaron el cierre del registro de exportaciones de harina y aceite de soja. Fue a través de sus redes sociales.

“La suspensión de las exportaciones de harinas y aceite de soja, frenará el ingreso de las divisas que necesita el país. Se debe tener cuidado con incentivar a la desindustrialización. Lo que necesitamos es agregar valor, generar empleos y lograr inversiones”, dijo Perotti. En la misma línea se expresó Schiaretti.

También la Mesa de Enlace y los productores autoconvocados criticaron la posible suba de las retenciones a la soja. “Convocamos a las fuerzas políticas legislativas a poner un orden institucional sobre la legislación en materia de impuestos a la exportación, dijeron los ruralistas.

Mientras que los productores autoconvocados realizaron una asamblea en el cruce de las rutas nacionales A012 y 34, a la altura de la localidad santafesina de Ricardone, a pocos kilómetros de la ciudad de Rosario.

“Lo que hizo el Gobierno es una declaración de guerra contra el sector productivo”, advirtieron los chacareros.

En tanto, desde la Bolsa de Comercio de Rosario remarcaron que la medida anunciada generará un mayor costo para las exportaciones del complejo agroindustrial presionando a la baja el valor que se podría pagar por la soja.

La experta Lorena D’Angelo sostiene que con una alícuota del 31%, la capacidad teórica de pago de la industria (para no perder plata con la molienda) en el mercado doméstico es de 485 dólares por tonelada. Con las retenciones al 33%, esa capacidad se reduce a 469 dólares por tonelada, lo que representa una merma de 16 dólares por tonelada para el productor.

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