La medida alcanza a productos como café, cacao, malta, plásticos, madera y metales.
Desde Arcor a Cabrales, pasando por Aluar o Tenaris, las empresas que quieran tener los dólares para pagar insumos importados deberán asegurarle al Gobierno que cumplirán con los acuerdos de precios y no están acumulando stocks.
Esa sería, a grosso modo, la lectura de la Comunicación A 7488 que el Banco Central publicó el jueves. La norma responde a las quejas que vino recibiendo la entidad de parte de diferentes sectores, como los fabricantes de café.
Este sector, al igual que otros, vio restringido su acceso a las divisas a partir de los cambios en los parámetros que fijó la AFIP este año para evaluar la Capacidad Económica Financiera (CEF) de las empresas.
Las firmas solo pueden traer de afuera productos por un monto similar al que destinaron los últimos meses. Pero como la norma habla de dólares y no de kilos, y el precio del grano de café subió, las empresas advirtieron que podían llegar a quedarse sin materia prima.
Ahora, el Banco Central incorporó al café y a otros casi 50 productos a una nueva normativa. Según esta flamante regla, para que el BCRA habilite los dólares para pagar importaciones de manera inmediata (y no pasar a la “lista negra” de los que deben pedir 180 días de financiación a los proveedores), el importador deberá, en palabras del Banco Central:
* Presentar una certificación de auditor externo dejando constancia que, de concretarse la operación, las existencias de las materias primas y/o de los bienes intermedios o finales elaborados a partir de estas “no superarán los niveles que se requiere para su actividad normal”. (No define qué es considerado normal para la entidad, después de un 2020 de pandemia, un 2021 de crecimiento al 10% y un 2022 que podría oscilar entre 2,5% y 4%, según la fuente).
* Presentar una declaración jurada en la que “deje constancia de que, en caso de haber sido convocados tanto él como su grupo económico a un acuerdo de precios por el Gobierno Nacional, no han rechazado participar en tales acuerdos ni han incumplido lo acordado en caso de poseer un programa vigente”.
En esta situación entran cerca de 50 posiciones arancelarias, principalmente materias primas para la producción. Entre los alimentos, además del café, está la malta (insumo para la cerveza) y el cacao en grano, polvo o pasta.
También hay plásticos, minerales y productos utilizados para la construcción: minerales de hierro, hulla (carbón), brea, polietileno, polipropileno, policarbonato, PVC, resinas, celulosa, caucho, madera, corcho, ferroaleaciones, cobre, níquel, aluminio, plomo, cinc y estaño.
La norma del BCRA es pariente de la resolución que el viernes se publicó en el Boletín Oficial y que habilita al Ministerio de Agricultura a frenar exportaciones de frigoríficos que no cumplan con el plan Cortes Cuidados de la Secretaría de Comercio.
Los cambios de la AFIP
La historia de las últimas restricciones comenzó en febrero pasado, cuando la AFIP, en forma sorpresiva, modificó la fórmula para evaluar a los importadores, un cambio que se tradujo en una baja sustancial del cupo para ingresar mercaderías del exterior.
En rigor, lo que se ajustó fue el CEF (Capacidad Económica Financiera), una especie de análisis de riesgo crediticio, pero que en este caso complicó las importaciones de muchas compañías.
Básicamente, la entidad extendió hacia atrás el historial de evaluación para que no se registraran “avivadas” de firmas para anticipar importaciones. Por ejemplo, que una empresa que el año pasado había importado por US$ 4 millones este año no solicitara US$ 8 millones.
Esto trabó las compras al exterior y generó el rechazo de casi todas las entidades empresarias, desde la Unión Industrial hasta la Cámara de Comercio.