La investigadora de la Universidad explicó que los virus “tienden a debilitarse cuando se extienden en la población”. Por qué aseguró que no aparecería una variante más virulenta del SARS-CoV-2
Mucha opciones se han barajado y mucho futurología se ha hecho acerca de cómo y cuándo la actual pandemia por coronavirus llegará a su fin, y sobre si la aparición de nuevas variantes del virus tendrá un punto final. Estudios científicos ya habían pronosticado que, en la medida que transcurra el tiempo, el SARS-CoV-2 se hará endémico en la población mundial.
Ahora, la prestigiosa científica de la Universidad de Oxford, Sarah Gilbert, consideró que la enfermedad causada por el nuevo coronavirus podría parecerse con el tiempo a un resfriado común, dado que los virus tienden a debilitarse a medida que se extienden entre la población.
Según precisó la investigadora que desarrolló la vacuna de AstraZeneca, “normalmente se ve que los virus se vuelven menos virulentos mientras circulan más fácilmente y no hay razones para pensar que vaya a haber una versión más virulenta del SARS-CoV-2″.
Durante un seminario web de la Royal Society of Medicine, Gilbert sostuvo que la población desarrollará inmunidad como pasa con otros coronavirus estacionales, que provocan los resfriados. “Eventualmente, el SARS-CoV-2 será uno de esos”, aseguró.
En el mismo sentido se refirió ayer jueves John Bell, prestigioso profesor de medicina de la Universidad de Oxford. En declaraciones a la emisora Times Radio, Bell dijo que Reino Unido habrá superado “lo peor” para la próxima primavera y las cosas “deberían estar bien” una vez que pase el invierno.
“Si uno mira la actual trayectoria de la pandemia, estamos mucho mejor que hace seis meses. Así que la presión sobre el NHS (Sanidad pública británica) en gran parte ha disminuido. Si uno mira las muertes por COVID, tienden a ser de personas muy ancianas, y no está totalmente claro que fuese COVID la causa de todas esas muertes”, añadió Bell, inmunólogo y genetista de origen canadiense.
“Así que creo que lo peor ha pasado”, insistió Bell, que consideró importante no sentir “pánico” sobre los casos actuales porque una vez superado el invierno, las cosas “estarán bien”. Según las últimas cifras oficiales, el Reino Unido registró ayer otros 34.460 contagios y comunicó 166 nuevas muertes.
En relación con la propagación del COVID-19 entre los escolares, el experto Neil Ferguson, del Imperial College London, dijo hoy a los medios que el país no está registrando un rápido incremento de los casos asociados con el comienzo del ciclo educativo.
“Estamos viendo incrementos de las infecciones en los niños en edad escolar, pero no se ha propagado hacia la población en general”, opinó Ferguson, si bien admitió que el desafío vendrá con la entrada del otoño y el invierno ya que la gente se reunirá en interiores.
Según un análisis demográfico realizado por la Universidad de Pensilvania y publicado en la revista Science Advance, el actual coronavirus podría comportarse como otros coronavirus que causan un resfriado común, afectando sobre todo a los niños pequeños que aún no han sido vacunados o expuestos al patógeno.
Según datos de un modelo numérico, en los Estados Unidos, hay “creciente evidencia que sugiere un resurgimiento aparentemente inevitable de la enfermedad hacia el endemismo en el futuro previsible”.
En ese sentido, las primeras conclusiones apuntan a que, teniendo en cuenta que la gravedad del COVID-19 es generalmente menor entre los niños, se espera que la carga global de esta enfermedad disminuya.
Para uno de los responsables del trabajo, Ottar Bjornstad, de la Universidad de Pensilvania, “tras la infección por SARS-CoV-2, se ha observado una clara tendencia a la gravedad y mortalidad con la edad”
Siguiendo este comportamiento, los resultados del modelo secuenciado sugieren “que el riesgo de infección probablemente se desplazará a los niños más pequeños a medida que la comunidad adulta se inmunice, ya sea mediante la vacunación o la exposición al virus”.
Bjornstad sostuvo, en los considerando que explican el estudio, que tales cambios se observaron en otros coronavirus y virus de la gripe a medida que surgieron y luego se hicieron endémicos.