Después de haber insinuado durante meses sus intenciones y en medio de una gran expectativa por el “anuncio importante” que iba a hacer este martes, el ex mandatario republicano lo confirmó desde Mar-a-Lago, acompañado de su esposa Melania y de un grupo numeroso de invitados
El ex presidente de Estados Unidos Donald Trump anunció este martes desde Florida su intención de competir en la elecciones de 2024 para volver a la Casa Blanca y devolver, según dijo, “la gloria a un país en decadencia e invadido por millones de personas de otros lugares”.
Después de haber insinuado durante meses sus intenciones y en medio de una gran expectativa por el “anuncio importante” que iba a hacer este martes, el ex presidente republicano lo confirmó desde Mar-a-Lago, su mansión y club privado en Palm Beach (sureste de Florida), acompañado de su esposa Melania y de un grupo numeroso de invitados.
El anuncio se produce apenas una semana después de un decepcionante resultado para los republicanos en las elecciones de medio mandato, y obligará a su partido a decidir si adopta a un candidato cuya negativa a aceptar la derrota en 2020 llevó a la democracia estadounidense al borde del abismo.
“Estoy anunciando esta noche mi candidatura a la presidencia de Estados Unidos”, dijo Trump ante una audiencia de varios cientos de simpatizantes y prensa reunida en un salón de baile con candelabros en su club Mar-a-Lago, donde estaba flanqueado por más de 30 banderas estadounidenses y pancartas en las que se leía: “¡Hagamos grande a Estados Unidos otra vez!”
Trump entra en la carrera presidencial en un momento de vulnerabilidad política. Tenía previsto lanzar su campaña tras las elecciones de mitad de mandato, que esperaba estuvieran llenas de victorias de candidatos que él mismo encumbró durante las primarias de este año. En cambio, muchos de esos candidatos perdieron, lo que permitió a los demócratas quedarse con el control del Senado y dejó al Partido Republicano en camino hacia una escasa mayoría en la Cámara de Representantes.
Lejos de ser el líder indiscutible del partido, Trump se enfrenta ahora a las críticas de algunos de sus propios aliados, que dicen que es hora de que los republicanos miren hacia el futuro, siendo el gobernador de Florida, Ron DeSantis, uno de los aspirantes favoritos de su partido a la Casa Blanca.
Esta será su tercera campaña por la nominación presidencial, pues fue candidato en las elecciones del año 2000, por el Partido Reformista, y como republicano en las de 2016, en las que resultó ganador, y 2020, en las que perdió frente a Joseph Biden.
Al igual que su candidatura, su paso por la Casa Blanca también estuvo marcado por la polémica y un estilo de hacer política al que le han salido imitadores entre la ultraderecha de todo el mundo.
Precisamente una de las primeras medidas que adoptó nada más instalarse en el Despacho Oval fue cumplir con una de sus promesas y prohibió la entrada a ciudadanos de siete países de mayoría musulmana hasta saber qué “intenciones” tienen y poco después despidió al director del FBI, James Comey.
Aquel cese repentino fue visto por el fiscal especial, Robert Mueller, en un posterior informe como una forma de posible obstrucción de una investigación por supuesta colusión entre la campaña de Trump de 2016 y Rusia para perjudicar a la que fue su rival demócrata, Hillary Clinton.
Sus años al frente de la Casa Blanca también serán recordados por relativizar los peligros de la pandemia y lograr colocar a tres jueces conservadores en el Tribunal Supremo, desnivelando la balanza en favor de los republicanos y fijando las que serán las políticas estadounidenses durante las próximas décadas.
Pero si por algo pasará a la historia Trump es por ser el tercer presidente de Estados Unidos en enfrentarse a un juicio político y el primero en tener que lidiar con dos. Uno por presionar a las autoridades ucranianas para que investigarán a uno de los hijos de Biden, Hunter, para perjudicarla en plena campaña y el otro por el papel que habría jugado en el asalto al Capitolio cuando pidió a sus seguidores que acudieran hasta allí para detener el recuento electoral.