Provienen de la variante Ómicron y hoy son predominantes en el mundo. Qué provoca en el organismo aquellas personas que son infectadas por esta nueva cepa
Los infectólogos coinciden que las subvariantes BQ.1 y BQ.1.1 de Ómicron, del coronavirus SARS-CoV-2, son las predominantes en el mundo y las de mayor poder de contagio.
Ese que el virus que causa el COVID-19, cambia constantemente y acumula mutaciones en su código genético a lo largo del tiempo, haciéndose cada vez más perfecto para sobrevivir. Es por eso que BQ.1 y BQ.1.1 busca infectar y contagiar más que incrementar su letalidad.
Estas dos nuevas subvariantes ahora juntas representan casi el 70 por ciento de los casos en los EEUU, según los Centros para Enfermedades Control y prevención (CDC), dejando atrás a BA.5 que fue dominante en el verano boreal. Los expertos afirman que BA.5 se caracteriza por síntomas relativamente leves de resfriado y gripe, y muchas personas se quejan de dolores de garganta.
Y aclaran que BQ.1.1 y BQ.1 no tienen síntomas radicalmente diferentes de las versiones anteriores de Ómicron en personas vacunadas. “Las personas infectadas con estas subvariantes también tienden a reportar síntomas de resfriado: dolor de garganta, secreción nasal, dolores musculares, tos y dolores de cabeza. Los síntomas suelen ser más prolongados en las personas que no están vacunadas, en comparación con las que están vacunadas”, precisó el doctor Peter Chin-Hong, especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de California en San Francisco. “La fiebre es mucho más común en las personas que no están vacunadas”, añadió.
También, los síntomas reportados en la infección por las subvariantes BQ.1 y BQ.1.1 pueden incluir tos, la fatiga, malestar general, diarrea, congestión, sensación de falta de aire y la pérdida del olfato o el gusto. Las únicas particularidades que parecen presentar a nivel sintomatológico las cepas BQ.1 y BQ.1.1 son la aparición de pérdida de apetito, de afonía y de taquicardia, que no eran tan frecuentes en otras subvariantes de Ómicron.
Por su parte, el doctor Justin Fiala, especialista en cuidados críticos y pulmonares en Northwestern Medicine indicó que si una persona tiene un dolor de garganta inexplicable y luego desarrolla fiebre y sudores nocturnos, es mucho más probable que sea COVID que un resfriado común y corriente”. “Los síntomas de BQ.1.1 y BQ.1 están más o menos centrados alrededor y por encima de la garganta”, aseguró el doctor Fiala, a diferencia de las versiones anteriores del virus, que afectaban a los pulmones.
Como sea, los síntomas siguen enmarcándose dentro de los habituales en los virus respiratorios más comunes, como los que causan los resfriados o la gripe, lo que hace que la enfermedad no sea fácil de distinguir. Aún así, sí que hay que señalar que estos linajes víricos parecen tener mayor facilidad para sortear la inmunidad previamente adquirida mediante la vacuna o infección previa, algo que explica en parte su alta infectividad relativa.
Desde noviembre del año pasado, la variante de preocupación Ómicron del coronavirus empezó a propagarse por el mundo con mucha velocidad, y desplazó a otras que estaban afectando a la población, principalmente a la variante Delta que era la predominante en aquel momento. En 2022, han aparecido diferentes sublinajes de Ómicron que van predominando y causando diversas olas de casos de COVID-19.
A pesar de sus diferentes orígenes, varias de las nuevas cepas se han topado con una combinación similar de mutaciones para ayudar a escalar el muro de la inmunidad, un ejemplo sorprendente de evolución convergente. “Todos tienen cambios en media docena de puntos clave en el genoma viral que influyen en qué tan bien se unen al virus los anticuerpos neutralizantes de la vacunación o de una infección previa”, dice el biólogo evolutivo Jesse Bloom, del Fred Hutchinson Cancer Center.
La variante BQ.1.1, es preocupante, advirtió el virólogo del Departamento Imperial de Enfermedades Infecciosas del Imperial College de Londres, especializado en virus, Influenza, SARS-CoV-2 y sus variantes, Tom Peacock. El experto reconoce que la variante BQ.1.1 ha ganado varias mutaciones adicionales en RBD – R346T, K444T y N460K”. Además, indicó que esta nueva variante “ha mostrado un crecimiento muy rápido en las últimas semanas, particularmente en el Reino Unido.
Además, el experto ha corroborado que la “BQ.1.1 escapa a todos los cócteles de anticuerpos monoclonales disponibles, incluso a aquellos que todavía funcionan contra BA.5″. Por lo que recomienda “recibir una dosis de refuerzo”.