Su familia dio la noticia a través de un comunicado publicado en redes sociales, en donde no brindaron detalles de las causas del fallecimiento. La vida de una mujer que dedicó su vida profesional a la difusión del autoconocimiento a través de la alimentación, el movimiento y la espiritualidad
La cuenta de instagram de Luana Hervier tiene 118 mil seguidores. La descripción dice por título “Yoya, desarrollo del corazón propio” y desmenuza “clases de yoga online y presencial, formadora de profesores de Yoga, terapeuta de sanación profunda, health coach y profesora de educación física”. El último posteo de sus 2.964 publicaciones no es una foto o un reel. Es un mensaje escrito por su familia: “Comunicamos la triste noticia del fallecimiento de Luana Hervier. Acompañemos su camino prendiendo una vela y sosteniendo en oración el camino de su alma”.
En el cuerpo de la publicación, otro mensaje: “Gracias por todos los mensajes de amor recibidos. Es un momento íntimo, delicado, doloroso, de puertas adentro. Les pedimos respeto y amorosidad con la familia y sus seres queridos cuidando su intimidad para sanar en calma. Puedes acompañar intencionando Luz al viaje de su alma por los próximos tres días, con una vela, o una canción, toma un momento para agradecerle a Lu su paso por tu vida. Querida Luana, que descanses en paz…”.
En el comunicado, su familia no brindó información sobre la causa del fallecimiento ni la fecha exacta. La muerte de la reconocida influencer generó conmoción por la penetración que había alcanzado en la comunidad y por la cualidad imprevista de su partida: en sus últimos posteos se la veía activa y jovial, y nada podía sospechar una muerte inminente. De hecho, en su anteúltima publicación anunciaba un encuentro en el Festival de Yoga Buenos Aires el domingo 23 de octubre a las 11:30, al que nunca asistió. Su madre, Mirta Sara Wainberg, fue la encargada de dar la noticia.
La cantidad de likes y de comentarios en el comunicado de su familia que da cuenta del fallecimiento de Luana Hervier evidencia una profunda pena y sorpresa. La despidieron desde el periodista Guillermo Lobo, Gabriela Arias Uriburu, Karina Mazzocco y un sinfín de influencers y referentes del universo vida saludable.
Hija de padres argentinos, Luana había nacido en Porto Alegre, Brasil. Llegó al país cuando tenía siete años de edad. Hizo una prolífica carrera que comenzó en la educación física y que se desarrolló en nutrición y yoga hasta convertirse en una popular influencer de quienes practican una vida sana. “Desde hace 18 años, recorro e invito a compartir este camino de auto-conocimiento que integra la alimentación, el movimiento y la espiritualidad. Por experiencia propia, sé que este recorrido es único y diferente para cada persona. Por eso, porque todos somos distintos, mi objetivo es ayudar a que cada uno encuentre su ‘mejor versión’ y sea su buen amigo a través de una alimentación y un estilo de vida saludable”, expresó a través de su propia página web.
“A partir de una combinación entre Health Coaching (coaching en nutrición y estilo de vida) del Yoga, y de las técnicas de liberación emocional trabajo para alinear cuerpo, mente y espíritu; tanto a nivel individual como a través de los medios masivos de comunicación (programas de TV, radios, revistas y blogs)”, detalló. Vivió, estudió y trabajó tanto en Argentina como en Dinamarca, México y Estados Unidos. Tuvo la posibilidad de fundar y dirigir One Yoga Foundation; organización sin fines de lucro con sede en Miami; de trabajar como conductora y compartir su filosofía en varios canales de televisión de toda América, de ser columnista de radio en programas de México y Argentina, de ser columnista en diarios y revistas de todo el continente y de escribir su libro LuanaLiving, nutrición y movimiento para el cuerpo y el alma en 2016.