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Con Kristalina Georgieva bajo sospecha, el acuerdo con el FMI podría complicarse

La titular del Fondo fue acusada de presionar al Banco Mundial para favorecer a China. Esto afectaría su continuidad en el cargo.

En los últimos días las noticias negativas que llegan desde China golpean con dureza a la Argentina. Al derrumbe bursátil del coloso Evergrande -que ayer se llevó puestos a la mayor parte de los mercados globales, pero que hundió particularmente a los papeles argentinos, los más perjudicados de la región-, se le suma la polémica que empezó a gestarse en torno a Kristalina Georgieva, la líder del Fondo Monetario Internacional y una pieza fundamental para que avancen las perspectivas de un acuerdo con la administración de Alberto Fernández.

Días atrás se supo que hay una investigación en marcha sobre la conducta de Georgieva cuando la economista búlgara ocupaba un alto puesto en el Banco Mundial (BM), desde donde habría movido los hilos en favor de China.

Una investigación independiente publicada el 16 de septiembre concluyó que, cuando era directora ejecutiva del BM, Georgieva estuvo entre los responsables del organismo que presionaron al personal para que modificara datos para favorecer a China en la edición 2017 del informe anual “Doing Business”, la publicación estrella del banco.

Esto ocurrió mientras los dirigentes del BM estaban involucrados en delicadas negociaciones con Pekín sobre el capital de préstamos del banco.

Georgieva, nombrada directora gerente del FMI en 2019, dijo el viernes al personal del organismo que las acusaciones “no son ciertas”. Pero si la investigación prospera y pone en riesgo su permanencia en el cargo, esto sumará una dificultad adicional para Argentina y su necesidad de llegar a un acuerdo rápido con el organismo.

“Ni en este caso, ni antes ni después, he presionado al personal para que manipule los datos. Les pediría a que verifiquen una, dos veces, tres veces, pero nunca que cambien, nunca que manipulen lo que nos dicen los datos”, dijo Georgieva, según consignó The New York Times.

Pero para el Nobel de Economía Paul Romer, economista jefe del BM en tiempos de Georgieva, los integrantes del FMI “tendrán que tomar una decisión sobre si se sienten cómodos con ella y continuará en ese puesto. Creo que deberían pensar en sus opciones“. Así lo afirmó en una entrevista con AFP.

Romer, quien renunció en enero e 2019 tras hacer públicas sus inquietudes sobre el “Doing Business”, la criticó por buscar “encubrir” y “blanquear” cuestiones que a él le preocupaban del informe.

Estados Unidos será crucial para determinar el futuro de Georgieva, ya que Washington tiene la mayor participación con derecho a voto en el FMI. “Estos son hallazgos graves”, dijo el Tesoro estadounidense en un comunicado. “Nuestra principal responsabilidad es defender la integridad de las instituciones financieras internacionales”.

El directorio del Banco Mundial encargó la investigación al bufete de abogados WilmerHale, que examinó decenas de miles de documentos y entrevistó a más de tres decenas de empleados actuales y anteriores.

Un portavoz dijo que el directorio del FMI “actualmente está revisando este asunto”, sin brindar más detalles.

A la luz de la investigación, el BM eliminó los rankings de “Doing Business”, que clasificaban a los países en función de sus regulaciones comerciales y reformas económicas, y hacía que los gobiernos compitieran por un puesto más alto para atraer inversores.

Esta semana Georgieva asiste a la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York. También participará en las reuniones anuales del FMI y del Banco Mundial a principios de octubre.

Caminos paralelos

Los caminos de Kristalina Georgieva y Martín Guzmán se juntan, y va más allá de las razones obvias que tienen que ver con las negociaciones que la Argentina y el Fondo Monetario Internacional mantienen por la deuda local. Es que por distintas motivos, ambos llegan al tramo final de la negociación debilitados.

La debilidad de Guzmán está asociado a la crisis del oficialismo tras la derrota en las PASO. El ministro de Economía vio su cargo pender de un hilo tras el resultado en las urnas y las críticas que la economía recibió del ala K, más precisamente de la vicepresidenta Cristina Kirchner.

Guzmán fue ratificado en su cargo y la necesidad de llegar a un buen puerto con el FMI, apalancado en la buena relación personal que mantiene con Kristalina, es la razón principal que lo mantiene a flote.

Sin embargo, el kirchnerismo no le facilitará el camino hacia el acuerdo. Cristina objeta el plazo de diez años para el repago de la deuda de US$ 54.000 millones con el FMI y pretende que el plan de pagos se estire a 20 años, algo no contemplado en el menú de programas del FMI.

Además, la expansión del gasto público para mejorar las chances electorales para noviembre estará en la mira del FMI, que predica un ajuste de las cuentas fiscales. En este marco, los cuestionamientos hacia Georgieva, que la dejan en una posición de debilidad, tampoco ayudan a mejorar las cosas.

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