Este viernes se colocará en una paciente en la Ciudad de Buenos Aires y otras 7 personas fueron intervenidas en Tucumán. Cómo funciona y para qué patologías está indicado
Los marcapasos se usan para ayudar a controlar los latidos del corazón. Pueden ser de uso temporal cuando una persona tiene latidos lentos después de un ataque cardíaco, una cirugía o una sobredosis de medicamentos. O puede implantarse de manera permanente para corregir los latidos lentos o irregulares crónicos o para ayudar a tratar la insuficiencia cardíaca.
En el Instituto Cardiovascular de Buenos Aires (ICBA) se implantará el próximo viernes un marcapasos sin cables. Ya otros 7 pacientes accedieron al mismo dispositivo en la provincia de Tucumán este año. Tiene las mismas funcionalidades que los dispositivos convencionales, pero carece de cables y reduce el riesgo de complicaciones.
Los marcapasos comunes constan de un generador de impulsos eléctricos (el marcapasos propiamente dicho) y de uno o más cables que llevan ese impulso hasta las cavidades cardiacas (cables o electrocatéter).
El marcapasos sin cables es como un “comprimido” de unos 2 gramos de peso y unos 1,8 centímetros de tamaño. Se coloca a través de un catéter que se introduce a través de una vena de la ingle del paciente. Es un 93% más pequeño que los dispositivos convencionales. Tiene la ventaja de disminuir las potenciales complicaciones de la intervención en más del 60%. Su batería tiene una duración entre 8 y 13 años y cuando se agota se puede sustituir por otro dispositivo.
De acuerdo con el Instituto de la Sangre, el Pulmón y el Corazón de los Estados Unidos, el generador de impulsos y los electrodos están en un solo dispositivo que se coloca dentro de una cámara del corazón a través de un pequeño tubo insertado en una de las venas. Una vez colocado, el marcapasos envía impulsos al ventrículo derecho.
Puede ser indicado —según el Instituto estadounidense— si un paciente tiene un ritmo cardíaco lento o si se detecta un bloqueo eléctrico. Este último cuadro ocurre cuando el flujo de electricidad al corazón se retrasa entre las cámaras superiores e inferiores del corazón. El marcapasos puede detectar la aurícula derecha (cámara superior), lo que le permite igualar las señales que envía al ventrículo. Esto ayuda a que las dos cámaras latan de forma sincronizada.
Según contó a Infobae el doctor Fernando Scazzuso, jefe del Servicio de Electrofisiología y arritmias del ICBA, el marcapasos sin cables tiene diferentes ventajas en comparación con los dispositivos convencionales. “Para implantar un marcapasos sin cables no se requiere una incisión quirúrgica ni quedan cicatrices en el pecho del paciente”, afirmó.
Tampoco se produce un abultamiento o algún signo de la presencia de un generador bajo la piel del paciente cuando lo tiene colocado. Al no implicar una incisión quirúrgica, “el paciente tiene menos complicaciones posteriores, como un hematoma, una infección o una erosión de la piel. Tampoco se desarrollan complicaciones relacionadas con los cables, como fracturas, acodamientos, trombosis venosa o falta de cierre de la válvula tricúspide”, señaló Scazzuso.
Ya miles de pacientes en el mundo han accedido a un marcapasos sin cables. Porque se han realizado ensayos clínicos con más de 4.000 personas y se confirmaron los beneficios en cuanto a eficacia y seguridad. La agencia regulatoria de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) lo aprobó en 2020. “El marcapasos sin cables está indicado para pacientes que tienen alta chances de infección. También se puede usar en pacientes que están en diálisis, que tuvieron trombosis o en pacientes oncológicos. Al usar un marcapasos sin cables, las venas del paciente se preservan para la diálisis. El dispositivo se implanta desde la ingle y llega al corazón”, explicó el experto.
El implante del marcapasos sin cables en el ICBA se hará en una paciente que ha tenido infecciones con los dispositivos convencionales, contó Scazzuso. Por lo cual, se usará para prevenir que la paciente vuelva a desarrollar infección.
Los marcapasos se crearon en 1958 y desde entonces hubo una revolución tecnológica. Cada uno consta de un generador de impulsos eléctricos y de uno o más cables que llevan ese impulso hasta las cavidades cardíacas. Los dispositivos convencionales necesitan de una pequeña intervención quirúrgica con sedación y anestesia local. A través de la vena por debajo de la clavícula se introducen los cables y posteriormente se hace un ” bolsillo” por debajo de la piel donde se acomoda el generador.
Aunque las complicaciones relacionadas con el procedimiento son muy raras, hay un pequeño riesgo de infección de los cables o el “bolsillo”, una tendencia a la exposición hacia afuera del generador, o a tener molestias en la zona de la incisión con el movimiento del brazo. Ese tipo de problemas, en cambio, se evitan con el uso del marcapasos sin cables.