El jefe de Estado encontró en el presidente Petro a un aliado de su agenda global, mientras que su llegada a Buenos Aires estará marcada por el desplazamiento de los funcionarios kirchneristas que siempre enfrentaron su acuerdo con el FMI
(Enviado especial) Alberto Fernández encontró que la perspectiva global de Gustavo Petro coincide con su mirada internacional. El Presidente argentino y su colega colombiano congeniaron durante la entrevista que protagonizaron en Bogotá, y ambos se comprometieron a profundizar las relaciones bilaterales en un tablero mundial condicionado por la guerra en Ucrania, el Cambio Climático y los efectos colaterales de la post-pandemia del COVID-19.
Petro tiene un discurso que hilvana cambio climático, la guerra ilegal desatada por Rusia y la pandemia, tres acontecimientos globales que también forman de parte de la agenda habitual de Alberto Fernández. Esta sintonía política sirve para profundizar los nexos bilaterales y empujar una hoja de ruta que coloque a América Latina como un actor más protagónico en el escenario mundial.
Es poco frecuente que la mirada mundial de la Argentina, Colombia y México coincida en un mismo tiempo. Y esto ocurre ahora: Alberto Fernández, Petro y Andrés López Obrador coinciden acerca del conflicto en Europa, las consecuencias del Cambio Climático y la agenda regional frente a los intereses permanentes de Estados Unidos.
“Tengo esperanzas de una Colombia activa en la integración latinoamericana”, enfatizó Alberto Fernández cuando concluyó su bilateral con Petro.
Mientras el jefe de Estado participaba de la ceremonia de asunción del primer presidente de izquierda de Colombia, Sergio Massa reunía a sus funcionarios en las oficinas que tiene cerca de la estación Retiro. El ministro de Economía lideró un encuentro de siete horas para afinar los nuevos anuncios vinculados al petróleo y al campo que se harán durante esta semana.
Cuando promediaba la reunión, Massa chateó con Alberto Fernández y a continuación ejecutó el desplazamiento de los funcionarios más importantes de la secretaría de Energía que responden a Cristina, siempre cuestionaron el acuerdo del Fondo Monetario Internacional (FMI) y hostigaron día y noche a Martín Guzmán.
El ministro de Economía no actuó en soledad para desplazar a Darío Martínez de la Secretaría de Energía y a Federico Basualdo de la subsecretaría de Energía Eléctrica. Massa acordó con los cambios con la vicepresidente y fue apoyado por Alberto Fernández.
Las renuncias forzadas de Martínez y Basualdo son una paradoja política. El Presidente y Guzmán estaban hartos de la guerra palaciega que Martínez y Basualdo protagonizaban desde la Secretaría de Energía, pero jamás pudieron avanzar por la resistencia de CFK.
Es más: Guzmán asegura que renunció al Ministerio de Economía por la reticencia de Alberto Fernández de introducir modificaciones en Energía, y ahora que ya está afuera del Gobierno se ordenan los cambios sin conflicto interno.
Una señal política que exhibe la sintonía de Massa con Cristina. Alberto Fernández dejó hacer al ministro de Economía y todavía sigue irritado con Guzmán que renunció por un tuit una tarde gris de julio.
Massa designó a Flavia Royón en reemplazo de Martínez. Royón era secretaria de Minería en Salta, y es la primera mujer que Massa nombra con un puesto importante en su Ministerio de Economía.
Es probable que Alberto Fernández y Massa se crucen hoy en la Casa Rosada. Aún resta definir al viceministro de Economía, que podría caer bajo la responsabilidad de Gabriel Rubinstein. Fue una recomendación que Roberto Lavagna hizo al titular del Palacio de Hacienda y su nombre quedó en jaque por su particular estilo crítico en las redes sociales.
El Presidente aseguró a su comitiva en Bogotá que apoyará la decisión de Massa.
El martes se anunciará formalmente si Rubinstein será -o no- viceministro de Economía. Mientras tanto, el exdirector del Banco Central continúa afuera – en vacaciones- y contesta con meditada selección los chats que llegan desde Buenos Aires y El Tigre.