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Advierten por un hábito que causa déficit nutricional en cuatro de cada diez bebés

  • Un estudio presentado este jueves en el Congreso Argentino de Nutrición encendió la alarma.

La alimentación de los bebés, sobre todo en los primeros meses de vida, es clave para el futuro. Una buena nutrición eleva en gran medida las chances de un crecimiento sano. En Argentina, donde la pobreza infantil roza el 55 por ciento, muchos de esos chicos están impedidos de recibir, antes de cumplir un año, las alternativas nutricionales que indica el Ministerio de Salud: leche humana o fórmulas infantiles.

El dato fue informado este jueves en el XXII Congreso Argentino de Nutrición, en Mar del Plata, por el Centro de Estudios sobre Política y Economía de la Alimentación (CEPEA). Presentó resultados de una investigación sobre la dieta de los bebés de entre 6 meses y un año. Uno de los datos más preocupantes es que 4 de cada 10 son alimentados con leche de vaca, la que toma cualquier adulto. Y más del 20 por ciento ingiere más de 100 centímetros cúbicos al día.

¿Cuál es la diferencia entre la leche materna o de fórmula con la de vaca? Su perfil nutricional y sus efectos en el organismo, algo que quedó en evidencia a partir de una parte de la investigación CEPEA, que consistió en una simulación de reemplazo de un alimento por otro. Es decir, qué pasaría si esos chicos en vez de haber tomado leche de vaca desde tan pequeños, hubieran recibido las opciones recomendadas.

La principal conclusión del estudio de CEPEA ratifica que “sostener la lactancia materna y una incorporación de alimentos complementarios más adecuados son claves en la nutrición del segundo semestre de vida”. Con la advertencia de que “en el contexto social actual de sobrepeso y baja calidad de dieta, esta preocupación cobra mayor sentido en niñas y niños de hogares en situación de vulnerabilidad socioeconómica”.

El trabajo, denominado “Alimentación en niñas/os de 6 a 12 meses”, partió de una muestra de 1.850 casos -representativos de todo el país- con edades entre 6 y 12 meses, datos procesados a partir de la Segunda Encuesta Nacional de Nutrición y Salud.

La mala alimentación puede condicionar el sistema inmunológico de los bebés.La mala alimentación puede condicionar el sistema inmunológico de los bebés.

Sergio Britos, director del CEPEA, dijo a Clarín que “hay riesgos potenciales en la incorporación de leche de vaca como componente lácteo importante en niños menores de un año. La leche de vaca no tiene una formulación adecuada a las pautas que se exigen para los niños de esa edad”.

¿En qué consiste el déficit? “Básicamente, tienen una carga de proteínas por encima de lo recomendable, lo que puede cargar la función renal. Y hay estudios que lo asocian también a una mayor ganancia de peso y futuro riesgo de sobrepeso y obesidad”, explicó Britos.

Sumó otros riesgos: “El hierro de la leche de vaca es de muy baja disponibilidad y aprovechamiento. La relación entre el calcio y el fósforo es también inconveniente para la mejor absorción de calcio. Y también repercute en el contenido de ácidos grasos esenciales, particularmente los ácidos grasos omega-3”.

Por ese motivo, Britos recalcó que “la primera opción a la leche humana discontinuada -por interrupción o disminución-, que es lo que le pasa a muchos chicos, deben ser las fórmulas infantiles y no la leche de vaca. Los patrones alimentarios adecuados durante la primera infancia, además de contribuir al crecimiento saludable y al desarrollo del sistema inmunológico, son claves en la prevención de enfermedades crónicas futuras”.

Para esa etapa de la vida, las guías alimentarias sugieren complementar la lactancia materna, además, con la incorporación progresiva de buenos alimentos. El estudio presentado en Mar del Plata demuestra que eso no está sucediendo como debería. Y advierte: “Nunca se vuelve a crecer, a desarrollar la inteligencia futura, el sistema inmunológico ni a formar hábitos saludables como en los primeros dos años de vida”.

El estudio insiste con la lactancia como primera opción y en su defecto las leches de fórmula. Foto: Shutterstock.El estudio insiste con la lactancia como primera opción y en su defecto las leches de fórmula. Foto: Shutterstock.

Consecuencias de la leche de vaca en bebés

En el ejercicio teórico de simulación que formó parte de la investigación, se reemplazó el aporte nutricional de la ingesta de leche de vaca por el de fórmulas infantiles adecuadas para la edad, corrigiendo cantidades y eventualmente ingesta calórica.

“Hicimos un ejercicio de modelización en el cual, tomando los últimos datos oficiales disponibles, de manera simulada reemplazamos todos los consumos de leche de vaca por fórmulas infantiles para observar qué pasaba con las ingestas de nutrientes. Encontramos que hay cuatro nutrientes críticos muy característicos a esta edad que tienen ingestas por debajo de la recomendación. Estos son los ácidos grasos omega-3, el hierro, el zinc y -en particular los chicos que se alimentan sólo con leche de vaca, que rondan el 15%- una deficiencia importante de vitamina D”, explicó Britos. Como contrapartida “se encontró un exceso de proteínas y sodio”.

¿Qué pasó cuando en el modelo teórico reemplazaron la leche de vaca por la de fórmula? “Hubo una disminución del porcentaje de chicos con ingestas inadecuadas en ácidos grasos omega-3, sucedió lo mismo con el zinc, sucede pero no lo suficiente con el hierro, y en el caso de los chicos que tenían déficit de vitamina D por consumir sólo como componente lácteo leche de vaca, ese déficit también disminuye de manera significativa”, describió Britos.

Como conclusión, el director del CEPEA señaló que “no se trata sólo de la inconveniencia de tomar leche de vaca antes del año de edad, sino que también lo que se observa en estos chicos es que la alimentación complementaria -todos los alimentos diferentes de la leche materna y de la leche- es de muy baja calidad, con exceso de proteínas, sodio y azúcares. Ese es un problema que viene de hace tiempo y sigue existiendo”.

La calidad de la alimentación complementaria también es clave en el crecimiento de los bebés. Foto: Shutterstock.La calidad de la alimentación complementaria también es clave en el crecimiento de los bebés. Foto: Shutterstock.

La leche de vaca y la realidad en el consultorio

El diagnóstico que aportan las estadísticas del CEPEA es reflejo de lo que los pediatras ven día a día en sus consultorios. Mabel Carosella, integrante del Grupo Pediátrico Belgrano R, contó a Clarín: “En los últimos años los pediatras nos enfrentamos a un escenario que no es el ideal. Muchas familias, ante la imposibilidad de la lactancia materna o de ofrecer fórmulas, ofrecen a los bebés menores de un año leche de vaca”.

Y agregó: “Ante este escenario, que es realmente de emergencia, es importante que los pediatras acompañemos a cada familia con consejos adecuados. El más importante es una suplementación fundamentalmente de hierro y también una alimentación complementaria para poder evitar deficiencias nutricionales”.

Sobre la leche materna, Carosella explicó que “si bien el 98 por ciento de los recién nacidos pueden comenzar con lactancia materna, sólo el 48 por ciento logra mantenerla de forma exclusiva hasta el sexto mes, que es la recomendación de la Organización Mundial de la Salud y de todas las sociedades científicas. Entonces es importante saber qué toman estos bebés que no toman leche materna”.

Sobre ese último punto, dijo que “el mejor sucedáneo y alimento para el recién nacido es la leche de fórmula. ¿Por qué los pediatras decimos que no a la leche de vaca durante el primer año de vida? En primer lugar, se sabe que los niños alimentados con leche de vaca tienen muchísimo más riesgo de anemia. Otra causa es el mayor riesgo de deshidratación por la mayor carga de sales ofrecidas al riñón inmaduro del recién nacido. En tercer lugar, muchos estudios establecen una relación directa entre el consumo de leche de vaca, con alto contenido proteico y enfermedades no transmisibles a largo plazo, entre ellas obesidad y diabetes”.

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